Es probable que Japón requiera que las empresas revelen la brecha salarial entre trabajadores y trabajadoras a partir de este verano como parte de los planes de nuevo capitalismo del primer ministro, Fumio Kishida.
El requisito se establece en las propuestas publicadas el martes por un panel gubernamental clave encargado de desarrollar la visión de Kishida. Es probable que el plan sea aprobado por el gabinete a principios de junio.
Las propuestas señalan cómo Japón va a la zaga de otras naciones avanzadas en el logro de la igualdad salarial de género, y también pide que se aumenten los salarios en todo el país.
Kishida busca salarios más elevados tanto para hombres como para mujeres para ayudar a formar un círculo virtuoso de ingresos más altos que impulsen el consumo y el crecimiento en un ciclo de retroalimentación. Con la inflación ya en su nivel más alto desde el 2008, excluyendo los años fiscales, también está creciendo la necesidad de garantizar que las empresas aumenten los salarios lo suficiente para mantenerse al día con el aumento de los precios.
Al obligar a las empresas a revelar las brechas salariales de género, el Gobierno podría ayudar a mantener los precios o superarlos, siempre que resulte en un aumento de la compensación de las mujeres en lugar de una reducción de los salarios de los hombres.
La regla se aplicará a partir de este verano a las empresas con más de 300 empleados, independientemente de si cotizan o no en bolsa. Se requerirá la divulgación cada vez que cierre el año fiscal de la empresa, lo que significa que las empresas probablemente comenzarán a informar alrededor del verano.
La mayor parte de las empresas informarán la próxima primavera ya que los años financieros de muchas grandes empresas en Japón concluyen en marzo.
Las mujeres japonesas ganan el 77.5% de lo que ganan los hombres, muy por debajo del promedio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos de 88.4%. Los llamados del Gobierno para que más mujeres ocupen cargos corporativos y roles de liderazgo político han fracasado en gran medida.
Los empleadores no tendrán que decir cuánto ganan sus trabajadores, solo la diferencia entre hombres y mujeres. Las empresas con 101 a 300 trabajadores también serán consideradas para la divulgación obligatoria en el futuro, una vez que la política entre en vigor.
A las empresas que digan que hay una razón válida para las diferencias en los salarios se les pedirá que den una explicación en su sitio web o a través de otros medios.