El presidente electo de Chile, Gabriel Boric, habla con la prensa luego de sostener una reunión con el presidente Sebastián Piñera en el Palacio de La Moneda. (Foto: AFP).
El presidente electo de Chile, Gabriel Boric, habla con la prensa luego de sostener una reunión con el presidente Sebastián Piñera en el Palacio de La Moneda. (Foto: AFP).

Los mercados chilenos exhibieron una gran volatilidad el lunes, horas después de la victoria en las urnas del izquierdistaun exlíder estudiantil que en siete años saltó de ocupar un escaño en el Congreso a imponerse en la elección presidencial con un ambicioso programa de gobierno de corte social.

Los vaivenes en los mercados eran esperados por los expertos luego que los chilenos escogieron en la víspera como próximo líder del país sudamericano a un diputado del izquierdista Frente Amplio apoyado por el Partido Comunista, que triunfó con un holgado 55.6% de los votos.

La bolsa de Santiago se contrajo un 7% y hacia el mediodía se ubicó en 6.21%, mientras el dólar saltó 26 pesos, a un precio récord de 873 pesos, y tras varios movimientos se situó en 874 pesos.

“Tendremos un compromiso con la convergencia fiscal, no fue un slogan de campaña, sino que es una convicción”, dijo Boric al ser consultado sobre la volatilidad de los mercados en el palacio de gobierno, donde se reunió con el saliente presidente , que lo invitó a conversar sobre la transferencia del gobierno.

Boric llega al poder con un programa de gobierno que acogió las demandas contra las desigualdades sociales y económicas que estallaron tras una revuelta social a fines del 2019, y sus ambiciosos planes tienen un costo de US$ 12,500 millones, que planea financiar con la recaudación de cinco puntos del PBI en cuatro años mediante graduales alzas tributarias que incluyen impuestos a los más ricos, a los combustibles y la poderosa minería del cobre.

Economistas consultados coinciden en que el principal problema que enfrentará es impulsar el crecimiento económico que, después de crecer entre 11.5% y 12% este año, disminuirá a un 2% en el 2022 y caerá a un 0% en el 2023, según proyecciones del Banco Central.

Además, llegará al gobierno con una inflación que bordea el 7%, algo no visto en muchos años por los chilenos, acostumbrados a un alza cercana a 3%, que es la meta del Banco Central.

“La inversión, el tema inflacionario y recuperar empleo son los tres temas más importantes que debe enfrentar el próximo presidente”, indicó el economista Joseph Ramos, que opinó que se “requiere aumentar la carga tributaria en un 25%, subir cinco puntos del PBI; francamente es irreal”.

Juan Bravo, analista económico de la Universidad Diego Portales, enfatizó que el crecimiento es prioritario. “Si es que no se estimula la capacidad de crecer puede haber un alto nivel de descontento social ante la falta de oportunidades”, señaló.

Agregó que Boric debe dar una señal a los mercados cuando nombre a su ministro de Hacienda. “Debe ser una figura que pertenezca a un sector más moderado”, consideró.

Carlos Budnevich, economista de la Universidad de los Andes, declaró que entre sus principales desafíos están “recuperar la disciplina fiscal, financiar el gasto público con ingresos permanentes”.

“Hay tantas reformas que se están planteando en este programa que poder impulsarlas de forma simultánea, me parece poco factible”, añadió.

Boric, en su primer discurso como presidente electo en la víspera, señaló que “los avances sustantivos para ser sólidos van a requerir de acuerdos amplios y para durar tienen que ser peldaño a peldaño... Daremos pasos cortos, pero firmes”, agregó.

El diputado, que asumirá el próximo 11 de marzo, es el primer mandatario electo que no pertenece a un partido tradicional y cuya coalición parlamentaria es la más pequeña desde el regreso de la democracia, en 1990.

Muchas de las políticas sociales de su programa deben ser aprobadas por el nuevo Congreso, renovado en noviembre, que tiene un Senado dividido y una Cámara de Diputados fragmentada, en la que entre sus legisladores y los de la centroizquierda alcanzaría el 50% de los votos.

Con unos pocos más podría aprobar un alza en el salario mínimo, pero necesitaría de un mayor respaldo para impulsar medidas más profundas. “Los cambios van a requerir acuerdos amplios para no desbarrancarnos”, admitió Boric.