Elon Musk dio cuenta de los avances en el desarrollo de su cohete interplanetario Starship, y se mostró confiado de que “este año” hará su primer vuelo orbital.
Musk habló en la noche del jueves frente a invitados y periodistas en la base de su compañía SpaceX, llamada Starbase, cerca de Boca Chica, en el sur de Texas, donde se desarrolla este impresionante cohete.
No realizó grandes anuncios, aunque enumeró los primeros proyectos que esperan a Starship: lanzamiento de satélites y misiones a la Luna, incluido uno privado con el multimillonario japonés Yusaku Maezawa a bordo.
Como telón de fondo, el Starship, completamente negro, estaba montado sobre su propulsor plateado, denominado Super Heavy.
El aparato tiene 120 metros de altura, 9 metros de diámetro y podrá poner en órbita unas 100 toneladas.
Musk había prometido una primera prueba orbital para enero o febrero del 2022, pero el plazo fue superado.
La compañía aguarda la autorización de la Agencia federal de aviación estadounidense (FAA), que primero debe estudiar las consecuencias ambientales de las operaciones. Se espera una decisión para fines de febrero. “Soy optimista de que vamos a tener esta autorización”, dijo Musk.
Mudanza a Florida
De todos modos, SpaceX se está preparando para mudar sus operaciones a Florida si es necesario, en cuyo caso Starbase se dedicaría a la investigación y el desarrollo.
“En el peor de los casos, nos demoraremos entre seis y ocho meses para construir la torre de lanzamiento en Cabo (Cañaveral) para despegar desde allí”, aseguró. “Estoy muy seguro de que entraremos en órbita este año”, dijo.
Starship ya ha realizado varios vuelos suborbitales: después de algunas pruebas que terminaron en impresionantes explosiones a fines del 2020 y en el 2021, SpaceX finalmente logró aterrizar la nave. Pero solo llegó a una altitud de 10 km.
La NASA apuesta a que Starship se convierta en el módulo de aterrizaje de su programa Artemis para regresar a la Luna.
Una versión de la nave deberá colocarse en órbita alrededor de la Luna y los astronautas que lleguen a bordo de su cápsula (propulsada por separado por un cohete) la abordarán para que los lleve y los traiga de la superficie lunar, para el 2025 como temprano.
La gran novedad es que tanto el Starship como el Super Heavy deben recuperarse tras cada vuelo y ser reutilizables.
De esa forma, cada vuelo costará “unos pocos millones de dólares”, en cualquier caso “menos de diez millones”, aseguró Musk, que estima que algún día habrá necesidad de cientos de cohetes Starship para trasladar a las personas al espacio, con base en Marte. Según él, se trata de un “seguro de vida” ante las amenazas que pesan sobre la Tierra.
“Starship será capaz de hacer eso: llevar un millón de toneladas a la superficie de Marte y crear una ciudad autosuficiente. Creo que deberíamos hacerlo lo antes posible”, manifestó.