Moro se dio a conocer dirigiendo la investigación de corrupción Lava Jato que encarceló a parte de la élite política y empresarial de Brasil, incluido Lula. (Foto: Joédson Alves / EFE)
Moro se dio a conocer dirigiendo la investigación de corrupción Lava Jato que encarceló a parte de la élite política y empresarial de Brasil, incluido Lula. (Foto: Joédson Alves / EFE)

El exjuez brasileño Sergio Moro abandonó este jueves su candidatura presidencial, estrechando el campo en lo que se perfila como una elección de octubre muy polarizada entre el presidente de derecha y su rival de izquierda Luiz Inácio Lula da Silva.

En un día de agitación política y con la temporada de campaña de cobrando impulso, Moro dejó su partido Podemos para unirse al derechista Unión Brasil.

“Para entrar en el nuevo partido, renuncio, en este momento, a la precandidatura presidencial y seré un soldado de la democracia para recuperar el sueño de un Brasil mejor”, dijo Moro, que ha estado en tercera posición en las encuestas, en un comunicado publicado en su Instagram.

La salida de Moro suscitará interrogantes sobre a quien apoyará el aproximadamente 8% de los votantes que lo respaldan.

Moro se dio a conocer dirigiendo la investigación de corrupción Lava Jato que encarceló a parte de la élite política y empresarial de Brasil, incluido Lula. Luego se unió al gobierno de Bolsonaro como ministro de Justicia, antes de renunciar tras caer en desgracia con el presidente.

La reputación de Moro se vio afectada por la disputa con Bolsonaro, así como por la decisión del Tribunal Supremo de anular las condenas por corrupción de Lula por parcialidad de la fiscalía.

Los episodios convirtieron a Moro en una figura controvertida en Brasil, vilipendiada tanto por la izquierda como por la derecha. Aunque conserva la admiración de los centristas y los defensores de la lucha contra la corrupción, su campaña presidencial ha tenido dificultades.

También la de Bolsonaro.

El capitán de Ejército en retiro ha perdido el apoyo de la opinión pública por su gestión de la pandemia del COVID-19, y se enfrenta a una dura lucha por la reelección. Lula obtendría el 43% de los votos en la primera vuelta, frente al 26% de Bolsonaro, según una encuesta de Datafolha de la semana pasada.

El gobernador de Sao Paulo, Joao Doria, que lidera el estado más poblado y rico de Brasil, dijo que mantenía su candidatura presidencial por el centrista Partido Socialdemócrata Brasileño, la que no ha ganado terreno.

A primera hora del jueves, los periódicos de Sao Paulo informaron de que estaba a punto de anunciar su abandono de una carrera en la que ha quedado por detrás de los principales candidatos.

Sin embargo, Doria dijo en un discurso que dejaba el cargo de gobernador, cediéndolo a su adjunto Rodrigo García, y que se presentaría a las elecciones presidenciales para ofrecer una alternativa a Lula y Bolsonaro. “Vamos a derrotar al populismo y a la corrupción”.

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