Cientos de trabajadores de los sectores de la restauración y los locales nocturnos, duramente golpeados por la pandemia del coronavirus, se concentraron en Madrid este miércoles para pedir “socorro” y afirmar que “el ocio nocturno también tiene el derecho de trabajar”.
Guardando la distancia de seguridad entre ellos en la explanada frente al Ayuntamiento de Madrid, los manifestantes, venidos de toda España, portaban mascarillas rojas con el lema “Salvemos la hostelería” y llevaban carteles que indicaban su región de origen o el nombre de su establecimiento.
En las pancartas podían leerse consignas como “Socorro”, “La culpa no es nuestra”, “Señores políticos: más ayudas y menos restricciones” y “Queremos trabajar”.
Algunos reclamaban medidas específicas, como la ampliación hasta marzo del 2021 de los planes de desempleo parcial, subvencionados por el gobierno y vigentes en principio hasta fines de septiembre.
Jessica Cortez, directora de una discoteca en Torrejón de Ardoz, cerca de Madrid, dijo estar “al borde del suicidio”. Reclamó ayudas para poder pagar “la luz, el alquiler” de su establecimiento, que aunque cerrado, le cuesta 5,500 euros (US$ 6,470) al mes.
“Que nos dejen trabajar con las medidas de seguridad”, pidió Cortez, quien explica que suprimió la pista de baile y contrató personal para garantizar el uso de mascarilla y la distancia de seguridad.
“Se supone que el ocio nocturno es el foco, pero te vas al metro y está lleno de todo”, se quejó.
Ante una nueva oleada de la epidemia en España, uno de los países más afectados de Europa con 534,000 infectados y 29,594 decesos, las autoridades decretaron a mediados de agosto el cierre de discotecas y redujeron los horarios de bares y restaurantes. Además, a nivel local hay restricciones de aforo.
“Es el sector más afectado por esa crisis”, se queja Héctor Sánchez, cabeza de una asociación local de hostelería del País Vasco (norte).
“Queremos que se nos escuche, que se deje de culpabilizarnos como si los brotes se crearan en la hostelería, y que si las medidas no nos permiten funcionar de manera normal, (recibir) ayudas para mantenerse”, agregó.
En España, unos 40,000 bares, restaurantes y hoteles cerraron definitivamente para fines de julio, y deberían elevarse a 65,000 para fines de año, un 20% del total, según la federación de hostelería y restauración.