A estas alturas del año, las altas esferas de la industria de la moda deberían estar en París siguiendo los desfiles de la Semana de la Moda y discutiendo desde las codiciadas primeras y segundas filas de la pasarela, un hábito interrumpido por el coronavirus, que ha obligado a recurrir íntegramente a internet.
La Federación de la Alta Costura y la Moda había ya cancelado la celebración de las pasarelas de hombre y alta costura, previstas en junio y julio, cuando decidió apostar por una edición 100% en línea para la que se valdrá de colaboraciones con plataformas digitales como YouTube, Instagram, Google, Facebook o Hylink.
La intención es mantener el tradicional calendario de desfiles, en el que durante varios días se suceden sin freno la presentación de las nuevas colecciones de marcas como Givenchy, Lanvin, Issey Miyake o Kenzo, solo que esta vez no será en los rincones más glamurosos de París ni su público el más selecto.
Los desfiles se verán en la plataforma virtual de la Federación y en las ya multitudinarias redes de las marcas, que en los últimos años se han convertido en los invitados inesperados de un mundo hasta hace poco infranqueable.
Del 6 al 8 de julio, será el turno de las firmas de alta costura: Schiaparelli, Maurizio Galante, Iris Van Herpen, Christian Dior, Chanel, Alexandre Vauthier, Elie Saab o Valentino, entre una treintena de nombres que han decidido seguir adelante con esta particular edición para mostrar sus colecciones otoño-invierno 2021.
Del 9 al 13, para la muestra de las líneas masculinas primavera-verano 2021, será el turno de medio centenar de marcas como Louis Vuitton, Ungaro, Rick Owens, Dries Van Noten, Isabel Marant, Loewe, Hermès, Dior, entre otros, así como las firmas españolas Palomo Spain y Oteyza.
Concentrarse en lo importante
Para que no todo quede en manos de las redes sociales, la Federación se ha preocupado por mostrar su peso como madrina y protectora del gremio desplegando todo tipo de iniciativas.
Entre ellas, una revista virtual con entrevistas, vídeos tras las bambalinas e inspiración; una serie de eventos como conferencias, conciertos y visitas culturales, o un muestrario digital de las colecciones reservadas a profesionales.
Pero la experiencia, antes de volver físicamente a las pasarelas en octubre con las colecciones de mujer, como confirmó la institución recientemente, tiene mucho de experimental y de desafiante para los diseñadores.
"Ha sido difícil no poder trabajar físicamente con mis artesanos, pero como en cada crisis hay una oportunidad. Lo bueno de este formato es que nos permitirá centrarnos en lo que queremos transmitir, y no preocuparnos por a quién ponemos en primera fila o segunda", dice por teléfono el diseñador italiano Maurizio Galante, miembro de la Alta Costura, que mostrará sus creaciones el lunes.
Si Galante prefiere guardar la sorpresa de cuál será el formato en que decida presentar la decena de estilismos que compondrán su colección, reconoce que en su carrera siempre ha desconfiado de los grandes espectáculos en la moda.
Tejidos de años anteriores
Firmas como Dior y Chanel, conocidas por sus faraónicas pasarelas, con gastos que pueden superar el millón de euros, no han querido tampoco adelantar pistas sobre sus desfiles de este lunes y martes, pero el formato resultará para ellas un reto de puesta en escena.
Aunque, indudablemente, lo más simbólico es el combate a contrarreloj que ha supuesto la presentación de colecciones cuya confección ha estado bloqueada durante semanas por las medidas de confinamiento
En España, en el taller de Palomo Spain, al cierre forzado del taller le siguieron las demoras o cancelaciones en la recepción de tejidos, lo que ha obligado a su creador, Alejandro Gómez Palomo (28 años), a tirar de ingenio.
"Durante este tiempo pudimos parar y dedicarnos más al proceso creativo. Pudimos reflexionar y valorar ese tiempo que muchas veces nos falta. Por eso decidimos hacer una colección que tuviera relación con el contexto que vivimos, en el que la naturaleza recobra su importancia frente al ser humano, las ciudades...", cuenta Palomo.
Su colección, que será un homenaje a la alta costura parisina de los años 1950 y 1960, se presentará en un vídeo que ha sido rodado en Madrid con prendas realizadas con tejidos de temporadas anteriores, un guiño ecológico y un llamamiento -cada vez más potente por parte de todos los creadores- a que la industria reduzca la velocidad.