El papa Francisco está tratando de “hacer entrar a las mujeres en el Vaticano con papeles de responsabilidad cada vez más alta” y “las cosas están cambiando: se ve y se siente”, según dijo en una conversación con jesuitas en su último viaje a Bélgica y Luxemburgo publicada este martes.
“No quiero limitar el discurso del rol de la mujer en la Iglesia al tema del ministerio. Además, en general, el machismo y el feminismo son lógicas de ‘mercado’. En este tiempo estoy tratando cada vez más de hacer entrar a las mujeres en el Vaticano con papeles de responsabilidad cada vez más alta”, aseguró el pontífice según la transcripción que publica la revista ‘Civilta católica”.
En su visita a Bélgica, las palabras de Francisco sobre la mujer y la posición de la Iglesia sobre el sacerdocio femenino causaron controversia, cuando la Universidad de Lovaina emitió un comunicado contra esas afirmaciones “conservadoras” y su “posición determinista y reduccionista” sobre las mujeres.
Para Francisco, sin embargo, “las cosas están cambiando: se ve y se siente”, según dijo en la reunión con los jesuitas al ser preguntado por uno de los presentes sobre “la dificultad de dar a la mujer en la Iglesia un lugar más justo y adecuado”.
“La vicegobernadora del Estado del Vaticano es una mujer. Además, el Dicasterio (ministerio vaticano) para el Desarrollo Humano integral tiene también como vicepresidenta a una mujer. En el ‘equipo’ para la nominación de los obispos hay tres mujeres, y desde que son ellas las que seleccionan a los candidatos, las cosas van mucho mejor: son agudas en sus juicios”, añadió Francisco.
El papa continuó enumerando otros puestos destacados ocupados por mujeres, la gran mayoría designados durante su pontificado.
“En el Dicasterio para los religiosos la vicepresidenta es una mujer. La vicepresidenta del Dicasterio para la Economía es una mujer. Las mujeres, en definitiva, entran al Vaticano con papeles de alta responsabilidad: seguiremos por este camino”, explicó, al considerar que “las cosas funcionan mejor que antes”.
Y agregó: “Una vez me encontré con la presidenta (de la Comisión Europea) Ursula von der Leyen. Hablábamos de un problema específico, y le pregunté: ‘¿Pero cómo hace usted para manejar este tipo de problemas?. Ella me respondió: ‘Como hacemos todas nosotras las madres’. Su respuesta me hizo reflexionar mucho...”, concluyó.
En su visita a la Universidad católica de Lovaina, los universitarios preguntaron al papa por el papel de la mujer en la Iglesia y no respondió directamente: “La mujer es más importante que el hombre, pero es malo cuando quiere ser el hombre”, dijo, y describió a la mujer como “una acogida fructífera, una atención, una dedicación vital” y dijo que la Iglesia “es el pueblo de Dios, no una multinacional”.
Entonces, el entusiasmo con el que le recibieron los estudiantes, se volvió desaprobación, y mientras el papa aún se encontraba en el centro, la Universidad emitió un comunicado contra estas afirmaciones “conservadoras” y su “posición determinista y reduccionista” sobre las mujeres.
Preguntado al respecto en la rueda de prensa en el avión durante su viaje de vuelta, Francisco dijo que él siempre habla de la dignidad de la mujer y que en la Iglesia es más importante la mujer que el hombre: “Si esto les parece conservador (...), yo soy Carlos Gardel”, dijo visiblemente molesto.
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