La economía mundial está entrando en una fase de estabilidad a medida que disminuye la presión inflacionaria, lo que permitirá a los bancos centrales seguir flexibilizando cautelosamente sus políticas monetarias, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
El crecimiento económico se ha mantenido resistente en los últimos meses, la inflación ha seguido moderándose y los indicadores sugieren un impulso continuado en los servicios, declaró el miércoles la organización con sede en París.
La OCDE solo hizo pequeños cambios en sus perspectivas respecto a mayo para la mayoría de los países, y elevó ligeramente su previsión de crecimiento mundial para 2024 en 0.1 puntos porcentuales, al 3.2%, el mismo ritmo que espera para el próximo año. Según la OCDE, el aumento de los precios alcanzará su objetivo en la mayoría de las naciones del Grupo de los 20 a finales de 2025.
“El crecimiento fue relativamente sólido en muchos países del G20, sobre todo en Estados Unidos, Brasil, India, Indonesia y el Reino Unido”, escribe la organización, con sede en París, en su informe trimestral de perspectivas económicas.
“Las perspectivas previstas son comparativamente benignas, con un crecimiento estable o en mejora y una inflación moderada”.
Informe de la OCDE
Sin embargo, estos resultados, en un contexto de crecimiento “resiliente” y de inflación a la baja, fueron “modestos en unas pocas economías” como Alemania --el motor económico europeo-- y Argentina, donde “la producción se contrajo”, matizó la OCDE.
Es un mensaje tranquilizador de que los responsables de política monetaria han evitado los escollos de la recesión o de unos precios en constante escalada. Pero la organización advirtió que los principales bancos centrales deberían depender de los datos y adoptar un enfoque “prudente”, recortando las tasas de interés a un ritmo más lento que el que adoptaron al subirlas en 2022 y 2023.
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Hasta ahora, los bancos han adoptado esa postura. La Reserva Federal de EE.UU. es la única institución del Grupo de los Siete que ha optado por una reducción de medio punto, mientras que el Banco Central Europeo, el Banco de Inglaterra y el Banco de Canadá se han ceñido a movimientos más tradicionales de 25 puntos básicos. El Banco de Japón, por su parte, sigue una senda de endurecimiento.
La OCDE advirtió que siguen existiendo riesgos significativos para la economía mundial. Entre ellos se encuentran las tensiones geopolíticas y comerciales, la debilidad de los mercados laborales que socava el crecimiento económico y posibles repuntes en inflación que provocan agitación en los mercados financieros.
España, cuarta economía de la zona euro e invitado permanente de las reuniones del G20, crecería un 2.8% (+1 punto) este año; por delante de Alemania (0.1%, -0.1 puntos), Francia (1.1%, +0.4) e Italia (0.8%, +0,1), según la organización.
Las previsiones actualizadas dejaron sin cambios el crecimiento para 2024 de las principales economías --Estados Unidos (2.6%) y China (4.9%)--, pero revisaron a la baja el de México (1.4%, -0.8) y auguraron una mayor contracción en Argentina, del -4% del PBI.
“Se prevé que el crecimiento del PBI mundial se estabilice en el 3.2% en 2024 y 2025, acompañado de una mayor caída de la inflación, una mejora de los ingresos reales y una política monetaria menos restrictiva”, subraya el informe.
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En las economías del G20, la inflación global pasaría del 5.4% en 2024 al 3.3% en 2025. En Argentina, se mantendría en niveles elevados: con un 147.5% y un 46.7%, respectivamente.
En este contexto, la OCDE abogó por aumentar los impuestos sobre el patrimonio y medioambientales para “mejorar las perspectivas de sostenibilidad de la deuda”, que se ha incrementado considerablemente en la mayoría de países desarrollados.