Es posible que los encargados de política monetaria de Chile anuncien el miércoles la mayor alza a la tasa de interés clave en dos décadas, sin embargo, es poco probable que incluso eso apuntale al agobiado peso.
La moneda ha caído más de 11% en el segundo semestre del año, el peor desempeño entre los 24 pares de mercados emergentes que monitorea Bloomberg. El peso se desplomó 2,6% solo la semana pasada, su mayor caída en dos meses.
La caída se produjo pese a que el banco central elevó las tasas en 75 puntos básicos a 1.5% el 31 de agosto y a que los encargados de política monetaria se preparan para anunciar nuevamente mañana medidas más decisivas. Muchos analistas esperan un aumento de 1 punto porcentual, que sería el mayor incremento desde un alza de 300 puntos básicos anunciada en agosto de 2001. El banco tiene pocas opciones. Los precios al consumidor aumentaron 1.2% en septiembre con respecto al mes anterior, el ritmo más rápido en más de 10 años.
Seis de cada 12 analistas encuestados por Bloomberg estiman un aumento de 1 punto porcentual, mientras que cinco esperan un alza de 75 puntos básicos. Felipe Hernández, de Bloomberg Economics, prevé un incremento de 150 puntos básicos en medio de una “amplia y fuerte” presión sobre los precios.
A juzgar por sus resultados de septiembre, es probable que incluso un alza de 1 punto porcentual no ayude mucho a revertir el desplome del peso. Si bien la moneda avanzó un 2% en la semana que finalizó el 3 de septiembre tras el sorprendente aumento de 75 puntos básicos de la tasa, eliminó todos esos avances la semana siguiente. La curva de los swaps de Cámara de Chile ahora descuenta un alza de tasas de 137 puntos básicos para el miércoles.
El peso se está viendo afectado por la política chilena, cada vez más polémica, antes de las elecciones presidenciales del 20 de noviembre. Los bonos denominados en pesos se han hundido más de 30% este año en términos de dólares, quedando rezagado con respecto a todos los pares de países en desarrollo, según los índices de Bloomberg.
Las elecciones de noviembre podrían consolidar un giro a la izquierda, ya que el principal candidato conservador ha perdido respaldo de forma sostenida en las encuestas frente a un rival de derecha, mientras que el favorito de izquierda se mantiene firme. Al mismo tiempo, una nueva convención constituyente está comenzando a reescribir la Constitución, mientras los legisladores debaten una cuarta ronda de retiros anticipados de pensiones.
Citigroup agregó hace poco una infraponderación de 0.5% para el peso en su cartera de bonos de mercados emergentes, aludiendo a la factura de pensiones como factor de riesgo, entre otras preocupaciones.
El impacto de las propuestas de retiro “ya se observa en el tipo de cambio”, escribió el viernes el economista de JPMorgan con sede en Nueva York Diego W Pereira en un informe a los clientes. Una moneda más débil, junto con el aumento de los precios de la energía, dará como resultado un mayor traspaso al IPC, generando “una fuente adicional de presiones inflacionarias al alza”. Ese ciclo de retroalimentación negativa solo podría romperse cuando el banco central realice alzas “de manera más agresiva de la que se descuenta”, según Pereira.
El peso ahora cotiza a su nivel más débil desde mayo de 2020 y se encuentra a menos de 3% del nivel de soporte clave de 850, alcanzado el 28 de abril del año pasado. Traspasar ese nivel podría abrir el camino a mayores caídas hacia el mínimo histórico de 879, registrado en los primeros días de la pandemia.
El banco central anunciará dos alzas de tasas consecutivas de 100 puntos básicos en octubre y diciembre de no autorizarse nuevos retiros de pensiones, escribió Creditcorp el viernes en un informe. Si se aprueban los retiros, será necesario que la tasa de política se eleve otro punto porcentual hacia fin de año para alcanzar el nivel neutral, según los analistas Samuel Carrasco y Daniel Velandia.