En las entrañas de la tierra en el sureste de Ucrania, los mineros trabajan las 24 horas para extraer el carbón que necesita el país para librar la guerra y dar luz y calefacción a los habitantes.
El carbón es esencial para las necesidades energéticas de Ucrania luego de la ofensiva rusa de seis meses para destruir usinas y otras obras de infraestructura, dijo el ingeniero jefe de una empresa minera en la provincia de Dnipropetrovsk.
Los elevadores llevan a los mineros a lo profundo de la mina, donde operan la maquinaria pesada que extrae el carbón y lo llevan a la superficie. Es trabajo arduo, pero necesario para mantener al país en marcha, dicen los mineros.
“Hoy, la independencia energética del país es más que una prioridad”, explica Oleksandr, el ingeniero jefe, que como todos los entrevistados, habló a condición de no dar su apellido por razones de seguridad.
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Los ataques rusos contra las usinas nucleares, térmicas y de otros tipos siguen trastornando el suministro de electricidad a medida que la guerra continúa por segundo año.
Las negociaciones para desmilitarizar la usina nuclear de Zaporiyia, que las fuerzas del Kremlin ocuparon el año pasado al inicio de la invasión, están paralizadas. El presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskyy, se opone a cualquier propuesta que legitime el control ruso de la planta, la usina nuclear más grande de Europa.
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Trabajando a pleno, la usina produce 6,000 megavatios de electricidad. Los operadores ucranianos cerraron el último reactor en setiembre porque, dijeron, era demasiado arriesgado mantenerlo el funcionamiento mientras Rusia bombardeaba las cercanías.
El cañoneo ha dañado la planta varias veces y generado temores de una fusión de núcleo. Los misiles rusos han amenazado los cables eléctricos necesarios para operar los equipos vitales de enfriamiento en Zaporiyia y otras usinas nucleares.
Antes de la guerra, el gobierno ucraniano planeaba reducir la dependencia de las usinas a carbón, que contribuyen al calentamiento global, e incrementar la producción de energía nuclear y gas natural. Pero cuando los ataques rusos dañaron las plantas térmicas en medio del invierno, fue el carbón el que mantuvo la calefacción en los hogares, añade Oleksandr.
El trabajo de los mineros no puede compensar totalmente la pérdida de la energía de las usinas nucleares, pero cada megavatio que generan reduce las brechas.