Cuidar a los que nos cuidan y a quienes más lo necesitan es lo que se han propuesto cocineros de varios países que, con sus restaurantes cerrados por la pandemia del coronavirus, regresan a los fogones para alimentar al personal sanitario y personas sin recursos.
Con pequeños bares de barrio que trabajan gratuitamente para sus vecinos, restaurantes que donan sus despensas a centros sociales y galardonados con estrellas Michelin que cocinan para hospitales, el sector vuelve a mostrar su cara más solidaria.
En Francia, el chef del Palacio del Elíseo, Guillaume Gómez, ha logrado ya reunir a más de 200 cocineros -varios con estrellas Michelin- y empresas de alimentación y logística para dar de comer al personal sanitario civil y militar de todo el país.
Se trata de la campaña "Les chefs avec les soignants" (los cocineros con los cuidadores), lanzada a través de redes sociales y por la cada día reparten menús a trabajadores de hospitales para darles fuerzas y la alimentación necesaria en su empeño bajo el lema "ocupaos vosotros de nosotros, nosotros nos ocupados de vosotros".
En una Italia también duramente golpeada por el Covid-19, son los cocineros más conocidos quienes, con sus restaurantes cerrados, vuelven a vestir sus chaquetillas para otro público.
El mediático Carlo Cracco dio de comer al personal que construye el hospital de campaña de la Feria de Milán, los hermanos Chicco e Bobo Cerea, del 'triestrellado' Da Vittorio cocinaron para el hospital instalado en la Feria de Bérgamo, y algunos de los más prestigiosos de Roma lo han hecho para el hospital de enfermedades infecciosas Spallanzani.
Además, el español afincado en Estados Unidos José Andrés ha puesto en marcha la maquinaria de su fundación World Central Kitchen para alimentar desde pasajeros en cuarentena de un crucero a barrios enteros habitados por personas desfavorecidas, como ya hizo en otras crisis humanitarias.
En Madrid, la ciudad española más golpeada por el Covid-19, la ONG Gastronomía Solidaria reúne ya a 200 cocineros voluntarios a disposición del Ayuntamiento para dar de comer a los sanitarios desplazados al hospital abierto en el recinto ferial Ifema "y a quienes haga falta", dicen.
También en la capital se ha puesto en marcha Food4Heroes, con la que varios restaurantes se han unido para llevar comida a diario a personal hospitalario.
E incluso los "cocinillas" aficionados se organizan en redes sociales para llevar sus tarteras a los centros sanitarios más próximos a sus domicilios, idea que intenta aunar el emprendedor y exdirector de Terra Juanjo Amorín bajo la etiqueta #YoTeCocino.
En Barcelona, el movimiento HealthWarriors cuenta ya con medio centenar de establecimientos donde se preparan comidas y cenas que se entregan de forma gratuita al personal que trabaja en hospitales. Responden a la llamada de Francesc Terns que, con sus dos negocios de comida a domicilio cerrados y las neveras llenas comenzó solo, "con sus manitas y su coche".
Así lo explica a Efe Nacho Ballesta, quien con su empresa de comunicación The Foodtellers ha conseguido amplificar la campaña a través de las redes sociales. Los receptores de los menús están "encantados", asegura.
"El segundo escalón es acceder a una cocina de producción para alimentar a personas necesitadas, creando un gran comedor social, pero en la casa de cada uno. Y el siguiente, buscar una red logística para implementar la idea en cualquier lugar de España", añade.
José Campoviejo, con una estrella Michelin en El Corral del Indianu (Asturias, Norte), cumplió este lunes 51 años y lo celebró cocinando de forma altruista para 70 niños sin recursos de su pueblo, Arriondas. "Fue el cumpleaños más feliz de mi vida", confiesa, quien confía en extender su proyecto.
Con el restaurante cerrado, decidió no quedarse de brazos cruzados y desde las cocinas del colegio público y con alimentos donados elabora a diario desayunos, comidas y cenas saludables que los servicios sociales reparten entre las familias desfavorecidas.