El presidente Andrés Manuel López Obrador descartó de plano cualquier posibilidad de reanudar las licitaciones petroleras, cuando se espera pronto un plan para el sector energético de México, con el que el gobierno quiere reactivar la estancada economía.
Desde antes de llegar al poder en diciembre del 2018, el mandatario ha criticado duramente la reforma energética del 2013-2014 -que abrió las puertas del sector-, afirmando que no ha cumplido con la promesa de aumentar la producción de hidrocarburos, que está en mínimos de décadas.
Su reiterada negativa para retomar las rondas de subastas ocurre en medio de una ofensiva de las grandes petroleras que operan en el país que sostienen que han invertido miles de millones de dólares desde que ganaron los contratos y que la producción irá creciendo hacia el 2024, cuando maduren los proyectos.
"¿Cómo vamos a convocar a nuevas rondas (de licitación)? No tiene sentido. Esto no es un asunto político, ideológico ¿Para qué quieren contratos si no invierten?", dijo López Obrador, conocido como AMLO.
Tras cargar una vez más contra la reforma, dijo que los más de 100 contratos adjudicados en las subastas 2015-2018 sólo producen unos 10,000 barriles por día (bpd), cifra muy inferior a los 50,000 bpd que aseguran las empresas. México, donde Pemex lidera el sector, produce actualmente unos 1.7 millones de bpd de crudo, muy lejos de un máximo de 3.4 millones de bpd en el 2004.
"Lo que estamos pidiendo ahora es que inviertan porque tienen los contratos y no producen. Entonces: ¿cómo les vamos a dar nuevos contratos si no están invirtiendo?", dijo el mandatario, quien ha prometido apuntalar a las endeudadas estatales Pemex y Comisión Estatal de Electricidad (CFE) como ejes de desarrollo.
Nuevos proyectos
López Obrador agregó que, a más tardar a mediados de febrero, será presentado un plan de inversiones públicas y privadas en el sector de energía que incluye a Pemex y CFE. "Se va a definir en qué campos se puede invertir ya se está trabajando en los proyectos".
El mandatario izquierdista ha enfocado su política energética en la producción petrolera mediante contratos de servicios así como en la construcción de una refinería con la que espera reducir la importación de combustibles. Pero sus detractores dicen que no logrará sus objetivos porque el sector requiere enormes inversiones que Pemex no puede enfrentar sola.
La Asociación Mexicana de Empresas de Hidrocarburos (Amexhi) -que cuenta entre sus socios a gigantes como Chevron, Exxon Mobil, Shell, Eni, CNOOC y Pemex- sostiene que han cumplido con las inversiones prometidas, los objetivos de producción, perforación de pozos y hasta han agregado reservas.
Y ante los ataques sobre el escaso aporte en términos de barriles, el gremio afirma que el rasero para medir su gestión no debe ser sólo la producción ya que apenas 29 contratos de los 111 adjudicados en las subastas están en etapa de producción, mientras que el resto aún están en exploración.
La industria dice que asociado a los contratos ha ejecutado inversiones, pagado impuestos y contraprestaciones por US$ 11,000 millones, mientras que los planes de inversión aprobados suman casi US$ 37,000 millones para los próximos años, de acuerdo a cifras de la Amexhi.
López Obrador dijo, por otra parte, que serán revisados contratos de electricidad dados a privados y asociados a la CFE, pero aseguró que no serán cancelados.
Representantes del sector empresarial privado han dicho que el plan de energía que será presentado en pocas semanas será clave para dinamizar la estancada economía local, que no ha logrado despegar pese a las promesas gubernamentales de que se expandiría en el 2019 en al menos 2%.