Una ley de seguridad nacional propuesta por China pondría en peligro el estatus de Hong Kong como uno de los mejores lugares del mundo donde hacer negocios.
Ante la ley sancionada el jueves en Beijing, el secretario de Estado estadounidense Mike Pompeo dijo que Washington dejará de tratar a Hong Kong como territorio autónomo.
El gobierno chino no ha divulgado detalles de la ley, cuyo objetivo es reprimir la actividad subversiva y secesionista en la antigua colonia británica.
Después de 11 meses de protestas, el gobierno chino dice que la ley es necesaria para combatir amenazas no especificadas en la región semiautónoma de 7 millones de habitantes.
Pero grupos empresariales, abogados y analistas financieros dicen que las repercusiones potenciales incluyen pérdidas de negocios para los mercados financieros y firmas de abogados, así como restricciones de viajes para sus habitantes, entre otras.
Hong Kong goza de gran prestigio por su mano de obra altamente capacitada, su sistema legal favorable a los negocios, la libertad de expresión al estilo occidental y la facilidad de desplazamientos.
Pero las empresas globales ya estaban retirando algunas operaciones de la isla debido a los costos crecientes y la incertidumbre generada por los choques prolongados, en ocasiones violentos, entre la policía y manifestantes que reclaman democracia.
Scott Salandy-Defour, fundador de la empresa tecnológica Liquidstar, ya estaba pensando en salir de Hong Kong, y la ley de seguridad “colmó el vaso”, dijo. “No veo cómo puede mejorar a partir de aquí”.
“Cuando decimos a los inversionistas que es una empresa con sede en Hong Kong, no es tan atractivo como hace un año”, dijo Salandy-Defour, cuya empresa alquila baterías sustentables y brinda servicios de carga a países en desarrollo.
“Nos estamos aislando de muchas vías de financiación, como subsidios del gobierno de Estados Unidos”, dijo.
La jefa de gobierno de Hong Kong, Carrie Lam, ha tratado de asegurar a las empresas y el público que las libertades civiles no se verán afectadas. Pero la ley demuestra que el presidente chino Xi Jinping está resuelto a ajustar las riendas.
Los detractores dicen que la ley socava el “alto grado de autonomía” prometido cuando Gran Bretaña entregó el control a China en 1997. Esa autonomía ha significado que Washington y otros gobiernos han tratado la ciudad como un territorio separado para comercio, viajes y otros asuntos.
Con respecto a Estados Unidos, la pérdida de los privilegios comerciales significaría que los poseedores de la cédula de identidad de Hong Kong perderían el derecho de viajar a Estados Unidos sin visa previa.
También se podría revocar el trueque de dólares de Hogn Kong por dólares estadounidenses, lo que trastornaría el sistema financiero, dijo Michael Spencer, economista del Deutsche Bank, en un informe.
El sector financiero sufriría un golpe duro si empresas como MSCI reclasificaran a Hong Kong como mercado emergente como Shenzhén y Shanghái en lugar de mercado desarrollado, dijo Spencer.
“Una gran parte del capital invertido en el mercado de Hong Kong deberá partir”, aseguró.
Esta incertidumbre coloca a la isla en desventaja con otros destinos asiáticos que compiten por las inversiones extranjeras, como Singapur y Tokio.