Los mensajes políticos y las muestras de afecto en público son algunas de las restricciones impuestas a los casi 600 participantes del rally Dakar para respetar las “leyes locales de decencia” de Arabia Saudí y así no entrar en conflicto con el conservador anfitrión de la carrera.
Los inscritos en el Dakar recibieron antes de viajar a Arabia Saudí una guía práctica con información básica del país y consejos de comportamiento que exhortaban a las mujeres a no mostrar hombros o rodillas y a abstenerse a cualquier persona de protagonizar muestras de afecto en público.
El documento anticipaba lo que los pilotos se encontraron al llegar: una monarquía absoluta islámica, una sociedad amable con el visitante pero cuyo estilo de vida está marcado por el Corán y donde una buena parte de las mujeres va cubierta por la calle con el nicab, un velo que solo deja al descubierto los ojos.
Como país que alberga los dos lugares más sagrados del Islam, que son La Meca y la Mezquita del Profeta, Arabia Saudí castiga la importación, venta o consumo de carne de cerdo, alcohol o cualquier tipo de droga.
Pena de muerte por drogas
"Las drogas están estrictamente prohibidas tanto para hombres como para mujeres, y su consumo o provisión pueden ser objeto de arresto y duras penas, incluida la muerte", advierte el decálogo de comportamiento.
También está "terminantemente prohibido" cualquier producto pornográfico o erótico "del tipo que sea", incluidas las revistas de lencería o moda íntima femenina.
Otra prohibición son las prendas de vestir o los tatuajes que contengan mensajes o imágenes explícitas y grotescas conforme a los valores musulmanes.
Abstenerse de mensajes políticos
"No lleven puesto ni muestren ningún mensaje político", enfatiza el anfitrión del Dakar, un país acusado por organizaciones internacionales de no respetar derechos humanos y de ser uno de los países con mayor desigualdad entre hombres y mujeres. Hasta hace año y medio ellas no podían conducir ni viajar solas fuera del país.
En ese sentido, un grupo de ONG pidió este viernes a la Amaury Sport Organisation (ASO), empresa francesa que organiza el Dakar, y a los participantes del rally que denuncien la persecución de activistas y militantes pro derechos humanos en Arabia Saudí, sin que nadie haya atendido hasta ahora esa petición.
Mujeres sin exhibir hombros y rodillas
Las autoridades saudíes recomendaron a los corredores del Dakar "vestir con recato en público, tanto hombres como mujeres", lo que implica "evitar la ropa ajustada o con palabras o imágenes vulgares".
"Sobre todo para las mujeres la ropa no debe ser ajustada, a menos que sea necesario por razones de seguridad. Deben llevar los hombros y las rodillas tapadas en público", señala la guía de la Autoridad General de los Deportes para una carrera que pasará por puntos donde la temperatura rondará los 30 grados centígrados.
Incluso recomendó que las mujeres usen una abaya, una especie de bata ancha de color predominantemente oscuro que solo deja al descubierto la cabeza y las manos.
Cogerse de la mano, una ofensa
Más delicado resulta todavía el consejo referente a "evitar demostraciones de afecto en público", pues "cogerse de la mano o demostrar públicamente afecto pueden resultar ofensivos".
"Independientemente de la orientación sexual, Arabia Saudí es un país principalmente conservador en el que las demostraciones públicas de afecto pueden ir en contra de la decencia pública y ser objeto de detenciones, como en muchos países del Golfo. Se aconseja máxima discreción y respeto a todo el mundo", enfatiza el documento.
También los periodistas acreditados para cubrir el rally de principio a fin tuvieron que firmar su adhesión al código de conducta como muestra de compromiso de que no tendrán comportamientos considerados ofensivos por la cultura saudí.
Un choque cultural
Para la piloto peruana Fernanda Kanno, única mujer de toda Latinoamérica presente en esta edición del rally, lo más complicado es reprimir las muestras de afecto como los abrazos entre sus compañeros de equipo.
"No queremos ningún problema. Queremos respetar al país que nos acoge, pero es complicado porque tenemos otras costumbres. Los latinos somos más expresivos. El resto del equipo es todo hombres, y nos abrazamos todos los días al partir y al llegar", explicó Kanno.
Más aún afectan estas restricciones a las parejas que compiten juntas en el rally, como los españoles Javi Vega y Sara García, que lo hacen en moto, o el español Jordi Queralto y la checa Petra Zemankova, que debutan este año en coches.
En ambos casos deberán andar con precaución cuando el rally se adentre en las zonas más rurales de Arabia para evitar problemas mayores y cumplir con el decálogo local, que pretende minimizar el impacto cultural del Dakar a nivel interno mientras el rally le da al país la visibilidad que busca para mejorar su imagen internacional.