De reportes periodísticos falsos a citas inventadas: la desinformación atacó sin tregua al candidato de izquierda, Gustavo Petro, y su rival derechista, Federico Gutiérrez, durante los meses que antecedieron la elección presidencial del 29 de mayo en Colombia.
Petro, exguerrillero y líder del movimiento Pacto Histórico, y Gutiérrez, de la coalición derechista Equipo por Colombia, lideran la intención de voto entre los seis aspirantes en contienda. Campañas de desinformación tergiversaron sus propuestas económicas y les atribuyeron vínculos con organizaciones criminales.
La información falsa y engañosa tiene potencial para “radicalizar las posturas” sobre los aspirantes y “desorientar” a los votantes, al aprovechar “una desconfianza creciente” en las autoridades electorales, dijeron analistas consultados por la AFP.
Debate económico
La economía y el sistema de pensiones fueron los dos temas “novedosos” de la campaña y de las discusiones en redes sociales, explicó a la AFP Cristina Vélez, directora de Linterna Verde, un centro de estudios que monitorea las discusiones en redes sociales.
Sobre las jubilaciones, circuló una publicación que imitaba un artículo de prensa indeterminado en el que Petro anunciaba un incremento de la edad de pensión hasta los 70 años -actualmente es de 62 para hombres y 57 para las mujeres- y la “expropiación” de los ahorros de las pensiones.
AFP Factual no halló registro de esos dichos, pero identificó que el aspirante ya había sido blanco de esa modalidad de adulteración de publicaciones.
También se difundió un video en el que Petro parecía decir: “Voy a ser un [Hugo] Chávez que va a recorrer las calles diciendo: ‘Exprópiese’”, en referencia al fallecido expresidente de Venezuela. Pero la grabación fue manipulada para eliminar la palabra “no” del inicio del discurso.
Del lado de Gutiérrez circuló la noticia falsa de una supuesta propuesta de trabajo “por horas”, con un pago de unos US$ 1.5, así como un anuncio proponiendo más impuestos a las motocicletas que resultó ser un mensaje apócrifo con el logotipo del diario El Espectador.
Vélez señaló que este tipo de contenidos engañosos, en “nichos cerrados donde ya hay sesgos específicos generan radicalización” y producen “más posibilidades de violencia y menos apertura a la diversidad de contenidos”.
Son “efectos complejos para la democracia”, añadió la experta.
Vínculos mafiosos
La imitación de artículos o publicaciones en redes sociales de medios colombianos fue otra de las tendencias de la desinformación.
Una supuesta nota del periódico El Tiempo informaba que la campaña de Gutiérrez era investigada por recibir dinero del narcotráfico. Ese y otros informes con afirmaciones similares sobre la mafia fueron desmentidos por la prensa y presentaban inconsistencias de diseño advertidas por AFP Factual.
“Se crean de forma deliberada” para generar “percepciones erróneas en la mente de los ciudadanos” y que vinculen a los candidatos con “ciertos temas y atributos negativos para desprestigiarlos”, explicó a la AFP Carlos Rodríguez, docente de la Universidad de la Sabana.
“La exposición continua a [la] desinformación e información inexacta” está produciendo “desorientación” en el votante, dijo Vélez.
La fotografía de una mujer con un pañuelo de la guerrilla del ELN cubriendo su rostro también circuló con la afirmación de que se trataba de Francia Márquez, la ambientalista afro que es fórmula vicepresidencial de Petro. Pero la AFP no encontró evidencia de que fuera la misma persona y esa guerrilla lo negó en portales de propaganda rebelde.
Un comunicado engañoso en el que la extinta guerrilla de las FARC supuestamente da su apoyo a Petro reapareció en las redes, luego de circular desde 2018, cuando el aspirante también participó a los comicios presidenciales. La AFP identificó inconsistencias en el boletín como el uso del antiguo logo del partido de izquierda surgido del acuerdo de paz o la mención de exguerrilleros que niegan la veracidad del texto.
Desconfianza
En las elecciones legislativas de marzo, una diferencia entre el preconteo y el escrutinio, que en principio restó unos 400,000 votos a la izquierda, generó dudas sobre la transparencia del proceso.
Para Alejandra Barrios, directora de la ONG Misión de Observación Electoral (MOE), la inacción de las autoridades para “generar confianza” y los “vacíos de información” desencadenaron en una narrativa de “fraude” que se trasladó a las redes.
La desinformación en estos casos afecta a los indecisos y desalienta su participación, enfatizó Barrios.
Según esas publicaciones falsas, todos los colombianos estaban obligados a registrarse en un “nuevo censo electoral”. La confusión aumentó cuando la policía afirmó que el mensaje incluía un enlace malicioso y la autoridad electoral la contradijo: el vínculo sí era oficial, pero no el adecuado para las consultas ciudadanas.
“Hay una mezcla entre información inexacta, voces institucionales que no ayudan a disminuir la ansiedad y dudas legítimas de la ciudadanía que no son resueltas por las autoridades y que han generado esta desconfianza”, concluyó Vélez.