Apostando por un cambio en la imagen del cannabis, los profesionales de un sector que ya conquistó varios países de América sueñan ahora con copar el mercado europeo, en particular el Reino Unido, pese a los frenos reglamentarios y los debates éticos.
Salud, cosmética, alimentación, bienestar. Las múltiples aplicaciones de la marihuana centraron una jornada dedicada a la promoción del sector el jueves en Londres.
De momento, el mercado del cannabis legal en Europa, donde el uso medicinal está autorizado en la mayoría de países de la UE, gira en torno a los US$ 1,000 millones, explica Nikolaas Faes, analista del banco de inversiones Bryan Garnier que organizó el evento.
En comparación, el mercado estadounidense legal representa entre US$ 12,000 millones y US$ 13,000 millones.
"Europa es un mercado muy pequeño, en particular debido a la diversidad de marcos legales. Los responsables políticos no están totalmente listos aún, pero se avanza", considera Faes.
En su opinión, la legalización podría aportar grandes ingresos, porque el mercado total en Europa, incluido el tráfico ilegal, se estima en US$ 55,000 millones.
Uruguay, pionero
Los dirigentes del sector se apoyan en el ejemplo americano. Canadá legalizó el cannabis el año pasado y en Estados Unidos, aunque la ley federal lo considera como una droga dura, once estados y la capital legalizaron su uso recreativo.
En Latinoamérica, siete países autorizaron la marihuana con fines medicinales y uno, Uruguay, fue pionero en la legalización de su consumo recreativo.
En el Reino Unido, el centrista Partido Liberaldemócrata propone la legalización en su programa para las elecciones legislativas del 12 de diciembre. Y, según un sondeo publicado en julio por YouGov para un grupo de reflexión del partido conservador, casi la mitad de los británicos (48%) está a favor.
Sin embargo, el debate sigue abierto y el sistema público de sanidad británico no deja de recordar los efectos nefastos del uso recreativo del cannabis, afirmando que aumenta por ejemplo el riesgo de desarrollar enfermedades mentales como la esquizofrenia.
El Reino Unido legalizó no obstante en noviembre del 2018 el consumo terapéutico, a raíz de la polémica suscitada por el caso de dos niños británicos epilépticos que no habían podido hacer entrar en el país su tratamiento a base de cannabis.
Pero aunque los médicos puedan ahora recetar medicamentos a base de esta controvertida planta, resulta muy difícil para los pacientes obtenerlos por la falta de tratamientos disponibles.
La moda del CBD
"Hay que entender que un mercado legal no significa un mercado abierto. En el Reino Unido tenemos mercados legales pero tenemos menos de 200 pacientes", subraya Stephen Murphy, responsable de Noble, un gabinete de investigación sobre el cannabis.
Más allá del campo médico, una multitud de empresas intentan aprovechar la moda de los productos a base de CBD (cannabidiol), uno de los principios activos del cannabis no psicoactivo, a diferencia del tetrahidrocannabinol (THC).
Se atribuyen al CBD efectos relajantes y antiinflamatorios y se vende, por ejemplo, bajo la forma de extractos o aceites en un mercado que no tiene reglas claras.
"Esto causa problemas porque la gente no sabe qué es legal o no", lamenta Farzad Moshfeghi, director general de Winchester MD, empresa británica que vende productos de CBD.
Por otra parte, en ausencia de una reglamentación armonizada y debido a una imagen aún sulfutrosa, a las empresas emergentes en Europa les cuesta encontrar financiación, lejos de algunas empresas norteamericanas que ya cotizan en bolsa.
A pesar de estos frenos, los profesionales creen en el potencial del mercado europeo, aunque deban esperar aún algunos años.
“Europa se convertirá en el mayor mercado del mundo dentro de diez años. La demanda está ahí”, dice Murphy con confianza.