Israel bombardea objetivos en distintas partes del Líbano, atacando a milicianos de alto rango en Beirut y aparentemente ocultando dispositivos explosivos en bípers y walkie-talkies. El grupo político-paramilitar Hezbolá lanza cohetes y drones al norte de Israel, incendiando edificios y automóviles.
Pero nadie lo llama guerra. Al menos no todavía.
Las autoridades israelíes dicen que no buscan una guerra con Hezbolá y que se puede evitar si el grupo armado pone fin a sus ataques y se aleja de la frontera. Hezbolá también dice que no quiere una guerra, pero que está preparado para una, y que mantendrá sus ataques contra Israel —los cuales comenzaron tras la incursión de su aliado Hamás el 7 de octubre— hasta que haya un cese del fuego en Gaza.
Israel y Hezbolá han intercambiado disparos en repetidas ocasiones desde entonces, pero la intensidad alcanzó otro nivel el lunes, cuando ataques aéreos israelíes mataron a más de 490 personas, según las autoridades libanesas. Eso lo convertiría en el día más mortífero en el Líbano desde que Israel y Hezbolá entraron en guerra por última vez en 2006.
“Si alguien me hubiera dicho a mí o a la mayoría de los analistas en el verano de 2023 que Hezbolá ataca bases israelíes en Israel, y que Israel ataca el sur del Líbano y partes del sur de Beirut, habría dicho, ‘de acuerdo, eso es una guerra a gran escala’”, comentó Andreas Krieg, analista militar del King’s College de Londres.
El término aún no se aplica al conflicto actual porque “no ha habido tropas sobre el terreno”, pero esa podría ser “la métrica equivocada”, agregó.
¿Existe alguna definición consensuada de guerra?
El diccionario Merriam-Webster define la guerra como “un estado de conflicto armado hostil generalmente abierto y declarado entre Estados o naciones”. Los académicos generalmente amplían esa definición para abarcar la violencia a gran escala que involucra a insurgentes, milicias y grupos extremistas.
Pero cualquier intento por obtener una mayor precisión resulta complicado, ya que los conflictos armados abarcan toda la gama, desde Estados que se enfrentan con tanques y aviones de combate hasta combates de menor nivel.
A veces los Estados declaran oficialmente la guerra, como lo hizo Israel después del ataque de Hamás el año pasado.
No ha hecho una declaración similar con respecto a Hezbolá, pero ha vinculado sus ataques contra el grupo armado con la guerra en Gaza, diciendo la semana pasada que permitir que decenas de miles de residentes puedan regresar de manera segura al norte del país es uno de sus objetivos en ese conflicto. El ministro de Defensa de Israel, Yoav Gallant, también habla con frecuencia de una guerra en curso con Irán y sus aliados en “siete frentes”, incluido Líbano.
Los Estados a menudo se abstienen de declarar una guerra, incluso cuando claramente están enfrascados en una. Rusia se refiere oficialmente a su invasión de Ucrania como una “operación militar especial” y ha prohibido cualquier referencia pública de una guerra. Estados Unidos no ha declarado formalmente una guerra desde la Segunda Guerra Mundial, a pesar de que participó en importantes conflictos en Corea, Vietnam, Irak y Afganistán.
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¿Por qué ninguno de los dos bandos quiere llamarlo guerra?
Parte de la razón por la que ni Israel ni Hezbolá están usando la palabra “guerra” es porque ambos esperan lograr sus objetivos sin desencadenar un conflicto más severo, o ser culpados de uno.
“Aunque las tensiones van en aumento, la situación en el sur del Líbano no es la de una guerra a gran escala, ya que tanto Hezbolá como Israel esperan utilizar medios limitados para presionar el uno al otro”, dijo Lina Khatib, experta en Oriente Medio en la Chatham House, un centro de estudios internacionales con sede en Londres.
Con sus ataques con cohetes y drones, Hezbolá espera presionar a Israel para que pacte un cese del fuego con Hamás, un grupo armado palestino respaldado por Irán.
Hezbolá ha dicho que pondría fin a los ataques si hubiera una tregua en Gaza, pero las perspectivas de un acuerdo de este tipo parecen remotas.
El primer ministro israelí Benjamin Netanyahu ha prometido hacer lo que sea necesario para detener los ataques y que los israelíes desplazados puedan regresar a sus hogares.
“Creo que los israelíes están tratando de decirle a Hezbolá, ven a la mesa de negociaciones y resolveremos esto de forma diplomática, o te arrinconaremos hasta que reacciones de manera exagerada”, dijo Krieg. “Y esa será la guerra total”.
¿Cómo sería una guerra a gran escala?
Hasta hace poco, los expertos coincidían a grandes rasgos en que cualquier guerra futura entre Israel y Hezbolá se parecería a la que libraron en 2006, pero mucho, mucho peor.
Durante años, las autoridades israelíes advirtieron que en cualquier guerra futura con Hezbolá, el ejército cobraría un alto precio para el propio Líbano, destruyendo infraestructura crítica y arrasando los bastiones de Hezbolá. Esto llegó a ser conocida como la Doctrina Dahiyeh, llamada así por el densamente poblado distrito del sur de Beirut, donde el grupo político-paramilitar está afincado, y que sufrió una gran destrucción en 2006.
Hezbolá, por su parte, pasó años ampliando y mejorando su arsenal, y se cree que tiene unos 150,000 cohetes y misiles capaces de alcanzar cualquier parte de Israel.
La escalada militar y las amenazas crearon una situación de disuasión mutua que mantuvo la frontera prácticamente en calma desde 2006 hasta octubre del año pasado. La mayor parte del último año, la región se ha preparado para lo peor, pero ambas partes han mostrado moderación, y las conversaciones sobre una “guerra total” han sido hipotéticas.
Esto podría cambiar en cualquier momento.
“Hemos subido un escalón, pero aún no hemos llegado al ático”, dijo Uzi Rabi, director del Centro Moshe Dayan de Estudios de Oriente Medio y África de la Universidad de Tel Aviv. “Al final, no veo que vaya a haber alternativa alguna a una operación terrestre”.
¿Es una guerra si hay una invasión terrestre?
Cualquier decisión israelí de enviar tanques y soldados al sur del Líbano marcaría una importante escalada y llevaría a muchos a catalogar el conflicto como una guerra. Pero las dos cosas no siempre van de la mano.
Israel declaró oficialmente la guerra en Gaza casi tres semanas antes de enviar fuerzas terrestres. Las fuerzas terrestres israelíes llevan décadas operando en Cisjordania —territorio ocupado por Israel— y en los últimos meses han lanzado ataques aéreos rutinarios contra milicianos, sin que nadie sugiera que se trata de una guerra.
Una incursión terrestre limitada por parte de Israel aún podría dejar espacio para que ambas partes retrocedan.
Obviamente, Líbano probablemente vería una invasión terrestre como una violación flagrante de su soberanía y un acto de guerra. Beirut ya acusa a Israel de violar rutinariamente su espacio aéreo y de ocupar territorio en disputa a lo largo de la frontera.
De hecho, los dos países están oficialmente en guerra desde 1948.
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