El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha advertido este miércoles de que la deuda pública global volverá a crecer este año, principalmente debido a la presión de Estados Unidos (EE.UU.) y China, una tendencia que se mantendrá a medio plazo con un incremento anual de un punto del PIB mundial.
Junto a esta presión de las grandes economías, el aumento de la deuda está también relacionado con la desaceleración del crecimiento, el aumento de los tipos de interés y los déficits fiscales crecientes, según el informe de vigilancia fiscal presentado por el FMI este miércoles.
El organismo prevé que EE.UU. cierre 2023 con un déficit del 8.2 % del PIB, casi dos puntos más de lo que calculaba en abril, y que después experimente una pequeña corrección para situar su desfase en el 7.4 % del PIB tanto en el 2024 como en el 2025.
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Esto se traducirá en un mayor ratio de deuda, que escalará hasta el 123.3 % del PIB este año, más de un punto por encima de la estimación de abril, para después continuar aumentando hasta situarse en el 137.5 % del PIB en el 2028.
Por lo que respecta a China, su déficit se corregirá ligeramente este año -cuando cerrará en el 7.1 % del PIB, cuatro décimas menos que en 2022- y en 2024 (7%) para después volver a crecer en 2025, cuando alcanzará el 7.3 %.
Con este desequilibrio, su deuda repuntará este año hasta el 83% del PIB, seis puntos más que en el 2022, y continuará creciendo hasta superar el 100% del PIB en 2027.
Dificultad para equilibrar las cuentas públicas
En el prólogo del informe, el director del departamento de Asuntos Fiscales del FMI, Vitor Gaspar, reconoce la dificultad que afrontan los países para equilibrar las cuentas públicas, debido a la conjunción de elevadas deudas, mayores tipos de interés, mayores expectativas sobre lo que el Estado debe hacer y una “aversión” a los impuestos, que lleva a líneas rojas políticas.
Esto ha llevado a situaciones que van desde la imposibilidad de pagar las facturas en algunos países a una senda insostenible de gasto por el mantenimiento de las políticas actuales, como ocurre en países “grandes y ricos”.
En cualquier caso, la mayor parte de los países necesita implementar políticas presupuestarias más restrictivas tanto para ayudar a los bancos centrales en su lucha contra la inflación como para reconstruir los márgenes fiscales y evitar los riesgos.
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La asistente del director del departamento de Asuntos Fiscales del FMI, Era Dabla Norris, añade en una entrevista con EFE que la magnitud de la consolidación “dependerá del espacio fiscal disponible” en cada país.
“Las medidas de apoyo han ayudado a hogares y empresas a afrontar el aumento de los precios de la energía y los alimentos, pero deberían retirarse gradualmente” a medida que la inflación se modera, defiende.
A pesar de ello, podrían realizarse transferencias focalizadas para proteger a los hogares vulnerables ante la subida de los precios de la energía.
En el caso de China, Vitor Gaspar, en un encuentro con la prensa este miércoles en Marrakech para presentar el informe de vigilancia fiscal, ha matizado que él “no haría hincapié sobre la deuda público, el reto más es bien es el crecimiento, la estabilidad y la innovación”.
El director del departamento de Asuntos Fiscales del FMI cree que China debería cambiar su modelo de desarrollo, de una economía basada en la exportación hacia la demanda interna y la inversión en infraestructuras y en la innovación inmobiliaria, entre otras.