El presidente Daniel Ortega buscará su cuarto mandato consecutivo en los comicios del domingo en Nicaragua. Su propósito no corre peligro, con sus principales adversarios presos. A continuación los respaldos con que cuenta para iniciar un nuevo periodo de cinco años.
La fuerza de las armas
Durante los 14 años sucesivos en el poder, Ortega, quien también gobernó en la década de 1980, revirtió leyes sobre la separación del poder civil y militar, e incorporó a militares activos o en retiro a instituciones del Estado.
En los últimos años, dice la experta en temas militares Elvira Cuadra, en el exilio, el aparato militar “se ha plegado políticamente” a Ortega, y esa alianza, “también económica”, será crucial para su “modelo de gobernabilidad” a partir del 2022.
Los militares son dueños de supermercados, tiendas, un hospital, ferreterías.
Su brazo financiero, el Instituto de Previsión Social Militar (IPSM), cotiza en la bolsa de Nueva York y según una investigación de la revista Confidencial tiene invertido en bonos en Estados Unidos al menos 35% de sus fondos, que estimó en unos US$ 100 millones.
El Ejército y la Policía fueron señalados por organismos de derechos humanos de la violenta represión de las protestas del 2018 contra el gobierno.
Estados Unidos acusó a los militares y a la policía de dar armas a grupos de encapuchados que actuaron contra los manifestantes, y sancionó en el 2020 al jefe del Ejército, Julio Avilés, y al director de la Policía, Francisco Díaz, consuegro de Ortega.
“El principal instrumento de represión, es la policía para intimidar, pero también el poder judicial para poner preso a todo el que disienta”, dijo la defensora de derechos humanos Vilma Núñez, al referirse a los cerca de 150 opositores presos.
El apoyo de Rusia
Una flotilla de 250 autobuses rusos circulan desde hace días por las calles de Managua, habituada al desvencijado transporte urbano. Y un busto del cosmonauta Yuri Gagarin acaba de ser develado en un parque de la ciudad.
Los taxis, el trigo, las vacunas antiCOVID Sputnik, hasta una estación satelital, un instituto de biotecnología y el armamento, dan cuenta de la creciente presencia rusa en Nicaragua.
“Gracias al presidente Vladimir Putin estamos juntos en la lucha por la paz, la soberanía y la justicia”, dijo Ortega recientemente en el acto de entrega de los buses, junto a su hijo Laureano, asesor presidencial y principal enlace con Rusia.
Ortega, cuyo gobierno reconoció la independencia de las regiones separatistas de Georgia, Abjasia y Osetia del Sur y la anexión de Crimea, viajó en el 2008 a Moscú y Putin a Managua en el 2014.
“En el exterior la fuerza que tiene como apoyo es sobre todo de Rusia, Cuba y Venezuela. En menor medida, Irán y Turquía. Básicamente de Rusia”, dijo el analista Edgar Parrales, según el cual hay rusos, cubanos y venezolanos “asesorando al gobierno” en la represión y en leyes recién aprobadas sobre “ciberdelitos” y “agentes extranjeros”.
Según el secretario general de IDEA Internacional, el politólogo costarricense Kevin Casas, Ortega “puede tocarle la puerta a Rusia, que alguna ayuda le dará con tal de mortificar a Estados Unidos en su propia esfera de influencia geopolítica”.
Nicaragua intensificó su acercamiento con Rusia en los últimos tres años debido a que la cooperación de Caracas, que entre el 2008 y 2016 fue de unos US$ 4,800 millones, cayó severamente por la crisis venezolana.
El oxígeno de las remesas y los préstamos
Pese a los rezagos de la crisis del 2018 y la pandemia del COVID-19, la economía nicaragüense, una de las más pequeñas de Centroamérica, crecerá entre 6% y 8% este año, según el Banco Central.
El analista Eliseo Núñez comentó que contribuyen en eso las remesas familiares, de casi US$ 1,400 millones de enero a agosto, y los aportes de organismos como el Banco Mundial, el FMI, el BID y el BCIE, de más de US$ 1,000 millones en lo que va del año.
Para el economista Oscar René Vargas ese crecimiento económico se trata de un “rebote económico”, tras la pandemia, que no afectará positivamente a la totalidad de los sectores económicos”.
Con al menos tres dirigentes empresariales presos, los analistas dan por descontado que el sector empresarial negociará con Ortega en resguardo de sus intereses, como en el pasado.
“Darían a Ortega soporte”, según Vargas, quien no descartó que sean parte de un diálogo en el 2022.
“El pilar de la ayuda internacional y los empréstitos es el más vulnerable porque con el aislamiento internacional, producto de la condena al modelo que Ortega está implantando y a las elecciones sin competencia, este financiamiento va a detenerse”, opinó Núñez.
Opositores han pedido a los organismos financieros internacionales que no aprueben préstamos al gobierno, al considerar que oxigena a Ortega.