Las autoridades chinas publicaron un largo reporte sobre la respuesta del país a la pandemia del coronavirus, defendiendo las acciones de su gobierno y afirmando que China transmitió información de forma oportuna y transparente.
China “no tardó” en compartir información como la secuencia del genoma del nuevo virus con la Organización Mundial de la Salud, así como con países relevantes y organizaciones regionales, según el reporte.
Una investigación de Associated Press concluyó que los laboratorios del gobierno tardaron más de una semana en enero en publicar el mapa genético del virus, demorando que pudiera ser identificado en otro país y el intercambio de información necesario para desarrollar pruebas diagnósticas, fármacos y una vacuna.
El presidente de la Comisión Nacional de Salud, Ma Xiaowei, no respondió a los hallazgos concretos de AP, pero dijo que “van seriamente contra los hechos”. Añadió que en la fase inicial del brote había muchos interrogantes y que hizo falta tiempo para reunir pruebas y determinar las características del nuevo virus.
“El gobierno chino no demoró ni ocultó nada”, dijo. “En lugar de esto, hemos reportado de inmediato los datos del virus y la información relevante sobre la epidemia a la comunidad internacional, y hecho una importante contribución a la prevención y control de la epidemia en todo el mundo”.
El funcionario enumeró varias acciones del gobierno mencionadas en un detallado calendario incluido en el reporte. Según ese calendario, China empezó a informar a la OMS de forma regular el 3 de enero, y el jefe del Centro chino de Control y Prevención de Enfermedades informó a su homólogo estadounidense el 4 de enero.
Las autoridades estadounidenses han sido críticas con la respuesta inicial china, lo que ha agravado un deterioro de las relacionales bilaterales iniciado por disputas comerciales, tecnológicas y asociadas a las protestas prodemocracia en Hong Kong.
Cuando se le preguntó cómo repararía China sus relaciones con el resto del mundo, el viceministro de Exteriores Ma Zhaoxu dijo que la cooperación asociada a la pandemia había mejorado sus lazos con la mayoría de otros países.
“Algunos países parecen ir contra la corriente de la historia. Para ocultar su respuesta inadecuada al COVID-19, calumniaron y criticaron a China de forma desquiciada. En respuesta a esa práctica de chivo expiatorio, desde luego China contraatacará”.
El reporte, de 66 páginas en su versión en inglés, elogiaba el éxito de China en la reducción de casos nuevos diarios a menos de 10 en cuestión de dos meses y la “decisiva victoria en la batalla por defender la provincia de Hubei y su capital, Wuhan” en unos tres meses.
Wuhan, donde se detectaron los primeros casos del virus a finales del año pasado, fue la zona de China más afectada por el brote. La ciudad, y poco después gran parte de la provincia, estuvieron aisladas entre dos meses y dos meses y medio para evitar la expansión del virus al resto del país.
El reporte atribuyó al presidente de China, Xi Jinping, la decisión el 22 de enero de poner a Wuhan en cuarentena cortando los transportes y prohibiendo que la gente entrara o saliera de la ciudad.