El confinamiento debido al COVID-19 de la ciudad china de Baise, poco conocida pero crucial para la producción mundial de aluminio, ha disparado la cotización de este metal a niveles casi históricos.
El precio del aluminio llegó el martes a un máximo inédito desde el 2008, a US$ 3,236 la tonelada, y se acercó a su récord histórico (US$ 3,380.15), en un contexto de temores sobre el suministro mundial.
¿Cuál es el peso de Baise?
Ubicada a unos 100 km de la frontera con Vietnam, Baise es llamada la “capital del aluminio del sur de China”
Produce 2.2 millones de toneladas por año, y garantiza el 80% de la capacidad del Guangxi, la rica región en recursos de la que depende.
El Guangxi es la principal región de China para la exportación de aluminio, con unas 500,000 toneladas por mes.
China es el primer productor mundial de aluminio, un elemento esencial para muchos sectores, desde la cápsula de café al avión de línea.
¿Cuál es la situación en la ciudad?
Desde el lunes, los 3.5 millones de habitantes no pueden dejar la ciudad y parte de ellos han sido estrictamente confinados, tras descubrirse los casos de COVID-19.
Aunque el número de casos pueda parecer irrisorio (menos de 200) comparado a otras partes del mundo, en China es considerado como importante.
Desde el inicio de la epidemia el país aplica una estrategia de “cero COVID”. Un único caso en una ciudad puede provocar un confinamiento, prohibiciones de viajar y sometimiento a pruebas de detección del virus.
Este método ha permitido a China retornar a una vida casi normal desde la primavera boreal del 2020, pero las restricciones afectan severamente a la actividad.
¿Qué consecuencias?
El confinamiento de Baise ha hecho emerger preocupaciones sobre el suministro de aluminio, mientras las cadenas mundiales ya operan al límite debido a las restricciones en el mundo debido a la pandemia.
Una federación local asegura que la producción de aluminio está prácticamente a su nivel normal. Pero el transporte de materias primas está fuertemente perturbado debido a las restricciones impuestas a los desplazamientos.
Un importante parque industrial de Baise que incluye a varias fábricas ha sido simplemente cerrado.
El miércoles, algunas fundiciones pudieron reanudar su producción, pero no todas.
Una de las principales, Huayin Aluminium, redujo su capacidad de producción en 1.2 millones de toneladas debido a las perturbaciones logísticas, según el sitio especializado Antaike.
¿Hay otros factores?
El calendario no facilita las cosas.
Tras una semana de vacaciones en China por el Nuevo Año lunar, y que terminó el lunes, las reservas de aluminio no han podido ser realimentadas.
Las vacaciones ya habían impulsado hacia arriba los precios, en un momento en que las fábricas estaban paradas pese a una fuerte demanda mundial.
Las tensiones geopolíticas entre Rusia y Ucrania alimentan también esa fuerte subida de las cotizaciones.
En efecto “la producción de aluminio requiere de importantes cantidades de energía”, fundamentalmente el gas, indica la analista Fiona Cincotta, de City Index.
Rusia figura entre los mayores productores de aluminio, junto a la China.