El movimiento islamista palestino Hamás no ha respondido aún el jueves a la propuesta israelí de tregua en Gaza, alimentando las crecientes dudas de que se llegue a un alto el fuego tras casi siete meses de guerra.
Israel y los países mediadores, Catar, Egipto y Estados Unidos, esperan una respuesta de Hamás a un plan de una tregua de 40 días.
La propuesta busca un cese de los combates que permita además la liberación de rehenes cautivos en Gaza desde el ataque de los comandos islamistas del 7 de octubre en territorio israelí, a cambio de la excarcelación de palestinos presos en Israel.
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Este acuerdo sería el primero desde la tregua de una semana en noviembre que permitió que 80 rehenes israelíes fueran intercambiados por 240 presos palestinos.
El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, aprovechó su visita a Israel el miércoles para impulsar un acuerdo.
Blinken instó a Hamás a aceptar la propuesta, que calificó como “extraordinariamente generosa” de parte de Israel, y reiteró al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, la oposición de Estados Unidos a una invasión israelí en Rafah, una localidad del sur de Gaza donde sobreviven en condiciones extremas 1.5 millones de palestinos.
La guerra en Gaza agita las relaciones internacionales y el miércoles el presidente de Colombia, Gustavo Petro, anunció que romperá las relaciones con Israel y en Estados Unidos las protestas en varias universidades por el conflicto han terminado en violentos desalojos tras la intervención de la policía antidisturbios.
El presidente de Israel, Isaac Herzog, afirmó este jueves que las universidades estadounidenses están “contaminadas por el odio y el antisemitismo”.
“Negativa”
Israel sigue su ofensiva en Gaza lanzada en respuesta al ataque sin precedentes de Hamás en su territorio, que dejó 1,170 muertos, en su mayoría civiles, según un recuento de AFP basado en estadísticas israelíes.
Los comandos islamistas secuestraron ese día a unas 250 personas. Israel estima que 129 siguen retenidas en Gaza y que 34 han muerto en cautiverio.
El gobierno de Netanyahu enfrenta la presión de las familias de los rehenes que este jueves protestaron con fotografías de las mujeres cautivas en Gaza fuera de la residencia del primer ministro en Jerusalén.
La ofensiva aérea y terrestre lanzada por Israel en represalia contra Hamás dejó hasta el momento 34,596 muertos en Gaza, en su mayoría civiles, según el Ministerio de Salud de este territorio palestino gobernado por Hamás.
Al menos 28 personas han muerto en Gaza en las últimas 24 horas, según Hamás, tras varios bombardeos que azotaron el norte, el centro y el sur de este territorio que está en ruinas.
Hamás defiende que un cese el fuego permanente es una condición previa para cualquier acuerdo, una postura que Israel rechaza.
Osama Hamdan, un importante dirigente de Hamás, declaró a AFP el miércoles que la postura del grupo es “negativa”, pero que continúan las negociaciones.
“La situación es sensible”, afirmó Zaher Jabareen, miembro del equipo negociador de Hamás.
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“Un plan creíble” para los civiles
Horas antes de que Blinken llegara a Israel, Netanyahu reafirmó su intención de invadir Rafah, por considerar que esa localidad constituye el último bastión de Hamás, con o sin un acuerdo de tregua.
El secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin, recalcó la necesidad de que Israel tenga “un plan creíble para evacuar a los civiles” de Rafah, durante una entrevista telefónica con su homólogo israelí, Yoav Gallant.
La guerra dejó es ruinas a este estrecho territorio, donde hoy más escombros que retirar que en Ucrania, confrontada desde hace más de dos años a una invasión rusa, afirmó el director del programa de desminado de la ONU para los Territorios Palestinos.
Mohamed Al Mughayyir, un funcionario a cargo de la Defensa Civil de Gaza, advirtió el jueves del peligro que representan las municiones sin explotar.
“Cada semana hay más de diez explosiones cuando son manipuladas por niños y civiles, lo que provoca muertes y heridas graves”, indicó a la AFP.
En Rafah, Yusef Harazi, un mecánico afirmó que espera que haya un cese de los combates.
“No tenemos ni un respiro, ni físico ni mental”, relató.
Un tema crítico para los civiles en Gaza es la llegada de más ayuda humanitaria a este territorio donde hay 2,4 millones de habitantes que desde el inicio del conflicto están confrontados a la escasez por el cerco establecido por Israel.
Las entregas están estrictamente controladas por las autoridades israelíes y entran con cuentagotas, y Estados Unidos, el principal aliado de Israel, presiona para aumentar el flujo de ayuda para paliar el riesgo de hambruna.
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