El canciller alemán, Olaf Scholz, sostuvo este viernes que la comunidad internacional está en el camino correcto en la lucha contra el cambio climático, pero pidió “más rapidez” y “hacerlo mejor”, especialmente en el debate sobre la financiación de objetivos para después de 2025 y de tecnologías.
“Nuestros esfuerzos conjuntos para limitar el cambio climático están dando sus frutos. Tenemos que ir más rápido, tenemos que hacerlo mejor, pero vamos en la buena dirección”, señaló durante su intervención en la conferencia del Diálogo sobre el Clima de Petersberg que este viernes celebra su segunda y última jornada en Berlín.
Todos los países disponen de Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC, en inglés) y 78 han presentado estrategias para alcanzar la neutralidad climática hasta 2050, recalcó.
“Los mecanismos del Acuerdo de París están surtiendo efecto. La transformación hacia la neutralidad es irreversible, entre otras cosas porque también tiene sentido desde el punto de vista económico”, añadió Scholz.
Todas las naciones saben, apuntaló, que “no habrá ningún retorno a la era fósil”.
“En su lugar, debemos aprovechar las oportunidades del futuro y eso es exactamente lo que estamos haciendo en todo el mundo. Así lo demuestra el consenso de Dubái para triplicar las energías renovables, duplicar las tasas de eficiencia energética y abandonar los combustibles fósiles”, sostuvo el canciller.
Scholz recalcó que la troika formada por Emiratos Árabes Unidos, anfitrión de la última Conferencia de la ONU sobre Cambio Climático (COP), Azerbaiyán, que acogerá en noviembre la COP-29, y Brasil, que hará lo propio con la trigésima edición en Belém, trabajan ahora en los siguientes pasos hasta la presentación de los nuevos planes nacionales.
El mandatario germano resaltó que este año en la capital azerbaiyana, Bakú, se fijará un nuevo objetivo de financiación climática para el periodo posterior a 2025.
A diferencia de hace 15 años, el objetivo ya no es sólo promover tecnologías futuras, sino financiar la difusión mundial de tecnologías que ya están disponibles y son relativamente baratas.
Scholz citó un estudio según el cual se necesitarán de aquí a 2030 US$ 2,400 millones anuales para la transformación verde en los países en desarrollo y emergentes.
Se trata de “una suma enorme”, subrayó.
En este punto quiso recalcar que “el dinero público por sí solo, procedente de un grupo manejable de países, no bastará para inversiones de esta magnitud”.
Scholz sostuvo que un debate centrado únicamente en los compromisos de financiación pública se quedará muy corto.
“Necesitamos un nuevo enfoque de la financiación de la protección del clima a escala mundial”, reclamó, y afirmó que invertir en este objetivo es una tarea común de todos, si bien los países ricos seguirán apoyando a los países en vías de desarrollo y especialmente afectados por el cambio climático.
“La financiación debería estar mucho más enfocada a posibilitar la inversión privada en crecimiento sostenible”, propuso.
Scholz asimismo consideró que aquellos países que emiten mucho CO2 deben pagar más en el futuro por la protección del clima y la adaptación a los impactos climáticos de otras naciones.
“Los países que contribuyen a las emisiones a gran escala también deben contribuir a la financiación pública del clima si están en condiciones económicas de hacerlo”, afirmó, sin mencionar a ningún país directamente, si bien sus palabras fueron interpretadas en Berlín como una alusión a China.