El gobierno británico anunció Una flexibilización de los requisitos de entrada a Inglaterra para los viajeros vacunados contra el COVID-19, pero la medida no afecta a quienes lleguen desde Latinoamérica, la mayoría de cuyos países siguen en la lista roja.
A partir del 4 de octubre, las personas con la pauta de vacunación completa que viajen a Inglaterra ya no tendrán que someterse a un test antes de salir de un país que no esté en la lista roja, anunció el ministro de Transporte, Grant Shapps, en Twitter.
Después, a finales de octubre, la prueba PCR exigida al segundo día de la llegada a suelo británico será sustituida por una prueba de antígenos “menos costosa”, precisó.
Los viajeros que den positivo tendrán que aislarse y someterse a una prueba de PCR confirmatoria, sin coste adicional, que se analizará para identificar nuevas variantes.
El ministro de Transportes también anunció que ocho países salen de la lista roja --que impone una costosa cuarentena obligatoria de 10 días en hoteles--, entre ellos Turquía, Pakistán y las Maldivas, pero ninguno de América Latina. Por su parte, la lista ámbar desaparecerá.
Sin embargo, los viajeros no vacunados procedentes de países no incluidos en la lista roja tendrán que someterse a pruebas de PCR antes del despegue y en el segundo y octavo día después de su llegada, con la posibilidad de una tercera prueba para reducir la cuarentena de 10 días.
También a partir del 4 de octubre, el gobierno británico reconocerá la vacunación de otros 17 países y territorios, entre ellos Japón y Singapur, pero ningún latinoamericano.
Estas simplificaciones permitirán que “más personas viajen, vean a sus seres queridos o hagan negocios en todo el mundo, a la vez que darán un impulso al sector de los viajes”, dijo Grant Shapps en un comunicado.
Señalando que ocho de cada diez adultos están totalmente vacunados en el Reino Unido, “ahora estamos en condiciones de introducir una estructura actualizada proporcionada que refleje el nuevo panorama”, añadió.
Estas disposiciones sólo se aplican a Inglaterra, pero hasta ahora los gobiernos autónomos de Escocia, Gales e Irlanda del Norte han seguido en general las normas decididas por Londres.
El Reino Unido, uno de los países más castigados de Europa por el COVID-19, ha registrado casi 135,000 muertes desde el inicio de la pandemia.