Esta imagen publicada por la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH) muestra una pantalla de la jefa de derechos humanos de la ONU, Michelle Bachelet, asistiendo a una reunión virtual con el presidente de China, Xi Jinping. (Foto: AFP)
Esta imagen publicada por la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH) muestra una pantalla de la jefa de derechos humanos de la ONU, Michelle Bachelet, asistiendo a una reunión virtual con el presidente de China, Xi Jinping. (Foto: AFP)

El director ejecutivo de la ONG Human Rights Watch (HRW), Kenneth Roth, consideró “desastrosa” la reciente visita a China de la alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, y subrayó que debería sucederle en el cargo alguien “menos diplomático” y más crítico frente a los abusos.

En una rueda de prensa para analizar la situación global de los derechos humanos, Roth, quien deja la dirección de HRW en agosto tras casi 30 años, aseguró que el viaje de Bachelet a China, del 23 al 28 de mayo, “no pudo ir mejor para el gobierno chino en su esfuerzo por ocultar las detenciones masivas y los abusos en Xinjiang”.

Gobiernos occidentales y organizaciones de derechos humanos acusan a China de haber detenido en campos de reeducación a más de un millón de uigures y miembros de otras minorías musulmanas, pero Bachelet “adoptó la retórica de Pekín” y se refirió a esos campos como “centros de formación educacional y vocacional”, lamentó Roth.

Bachelet “se comportó en la visita como si ésta fuera un generoso gesto de Pekín, cuando es obligación de todo miembro de la ONU permitir la entrada de altos cargos de la organización”, y acusó a la alta comisionada de “inocente” por creer que podía convencer a los líderes chinos, en privado, de que detengan sus abusos en Xinjiang.

La fuerza de la alta comisionada estriba en la presión que puede ejercer denunciando públicamente lo que Pekín está perpetrando. El diálogo entre bambalinas no tiene ninguna utilidad”, aseguró el máximo responsable de HRW.

Roth afirmó que la alta comisionada, en la medida en que anteriormente ha sido jefa de un gobierno (el de Chile), “se ve como una diplomática en lugar de una relatora en cuestiones de derechos humanos, pero ése no es su cometido, es el de investigar y reportar abusos”.

Preguntado sobre si Bachelet continuará en el cargo de alta comisionada (su mandato concluye este año, aunque podría presentarse a una reelección), Roth opinó que “no parece cómoda en el papel de tomar posiciones contra gobiernos poderosos”.

En caso de no presentarse a un segundo mandato o de no ser reelegida, Naciones Unidas “debería recurrir a alguien que no quiera sólo ser un diplomático, sino que esté dispuesto a hablar públicamente”, aseguró.

El director ejecutivo de HRW afirmó que parte de la culpa de la fallida visita de Bachelet a China es del secretario de la ONU Antònio Guterres, por haber aceptado previamente los términos de ésta impuestos por China, cuando el exprimer ministro portugués viajo a Pekín para la inauguración de los Juegos Olímpicos de Invierno.

Guterres, opinó Roth, se muestra “más débil” a la hora de criticar a Estados influyentes que sus antecesores en el cargo, el ghanés Kofi Annan (fallecido en el 2018) y el surcoreano Ban Ki-moon.