Una foto tomada el 30 de agosto de 2022 muestra el sitio de Gascade y Deutsche ReGas donde se planea alimentar la red de gasoductos OPAL/NEL existente con gas natural licuado (GNL) en Lubmin, noreste de Alemania, cerca de la frontera con Polonia. La infraestructura industrial de Lubmin incluye una estación de recepción y distribución para el gasoducto Nord Stream 1 y también es el lugar donde llega a tierra el gasoducto Nord Stream 2 finalmente enlatado para obtener más gas de Rusia.  (Foto de Odd ANDERSEN / AFP)
Una foto tomada el 30 de agosto de 2022 muestra el sitio de Gascade y Deutsche ReGas donde se planea alimentar la red de gasoductos OPAL/NEL existente con gas natural licuado (GNL) en Lubmin, noreste de Alemania, cerca de la frontera con Polonia. La infraestructura industrial de Lubmin incluye una estación de recepción y distribución para el gasoducto Nord Stream 1 y también es el lugar donde llega a tierra el gasoducto Nord Stream 2 finalmente enlatado para obtener más gas de Rusia. (Foto de Odd ANDERSEN / AFP)

Los países de la Unión Europea acordaron el viernes poner un tope de US$ 60 el barril al petróleo ruso, una medida crucial cuando las sanciones occidentales buscan reordenar el mercado mundial de petróleo para evitar alzas súbitas de precios y quitarle al presidente Vladimir Putin los fondos para su guerra en Ucrania.

Tras una serie de negociaciones de último momento, la presidencia rotativa de la UE, ejercida por la República Checa, tuiteó que “los embajadores acaban de acordar un tope a los precios del #oil (petróleo) ruso transportado por mar”. Falta la aprobación por escrito, pero previsiblemente se logrará.

Europa debía imponer el precio reducido que pagarán otras naciones a partir del lunes, cuando entra en vigencia un embargo de la UE sobre el petróleo ruso transportado por mar y una veda al seguro de esos suministros. El tope de precios, impulsado por el Grupo de los 7 países ricos y que aún requiere su aprobación, apunta a impedir una pérdida repentina de petróleo ruso al mundo que podría provocar un nuevo aumento de los precios de energía y la consiguiente suba de la inflación.

Polonia demoró por mucho tiempo el acuerdo en el intento de que el tope fuera lo más bajo posible. Luego de más de 24 horas de deliberaciones, cuando otras naciones de la UE indicaron que respaldarían el acuerdo, Varsovia acabó por ceder el viernes por la noche.

”Paralizar los ingresos por energía de Rusia es la clave para detener la máquina de guerra rusa”, dijo la primera ministra de Estonia, Kaja Kallas, y añadió que cada dólar de reducción del tope equivalía a US$ 2,000 millones menos para las arcas rusas.

Fuente: AP