Mediadores de Estados Unidos y Oriente Medio lucían optimistas en los últimos días de que estaban cerca de concretar un acuerdo para un cese del fuego de dos meses en la Franja de Gaza y la liberación de más de 100 rehenes tomados por Hamás.
Pero el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu rechazó el martes las dos principales exigencias de Hamás —que Israel retire a sus fuerzas de la Franja de Gaza y libere a miles de prisioneros palestinos— lo que indica que persiste una amplia brecha entre ambas partes.
La guerra comenzó luego del asalto de Hamás del 7 de octubre en el sur de Israel, en el que combatientes mataron a unas 1.200 personas, en su mayoría civiles, y tomaron a unas 250 más como rehenes. Cerca de la mitad de los rehenes fueron liberados durante un cese del fuego de una semana en noviembre pasado, a cambio de 240 prisioneros palestinos.
La ofensiva de Israel ha causado la muerte de más de 26,700 palestinos, de acuerdo con el Ministerio de Salud de Gaza, gobernada por Hamás, y cuyo recuento no distingue entre civiles y combatientes. Alrededor del 85% de los 2.3 millones de habitantes de Gaza han huido de sus hogares y la ONU señaló que una cuarta parte de la población pasa hambre.
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El conflicto también ha generado repercusiones en toda la región. Grupos respaldados por Irán en Líbano, Siria, Irak y Yemen han atacado objetivos israelíes y estadounidenses en apoyo a los palestinos, lo que ha desatado represalias en una espiral de violencia que podría desencadenar un enfrentamiento regional.
A continuación un vistazo de la posición de cada una de las partes para ponerle fin al conflicto:
Netanyahu busca “victoria total”
El primer ministro israelí ha prometido en varias ocasiones que seguirá con la guerra hasta que Israel destruya las capacidades militares y de gobierno de Hamás y libere a todos los rehenes, dos objetivos cada vez más difíciles de alcanzar y que muchos israelíes temen que sean excluyentes.
En un discurso pronunciado el martes en una academia religiosa premilitar ubicada en la Cisjordania ocupada, Netanyahu afirmó que “no retiraremos al ejército israelí de la Franja de Gaza y no liberaremos a miles de terroristas”.
Eso parecería descartar cualquier acuerdo con Hamás, pero también podría tratarse de una postura dirigida a reforzar la posición de Israel en las negociaciones indirectas que se llevan a cabo.
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Netanyahu se encuentra bajo una creciente presión ejercida por las familias de los rehenes y el público en general para que llegue a un acuerdo con Hamás para el regreso de los rehenes. Muchos israelíes temen que el tiempo se agote.
Al mismo tiempo, su coalición de gobierno —dominada por ultranacionalistas de línea dura que se oponen a un acuerdo— podría desmoronarse si se percibe que está siendo demasiado indulgente con Hamás.
Las fuerzas militares israelíes sólo han rescatado con éxito a un rehén, y Hamás dijo que varios han muerto en ataques aéreos o durante operaciones de rescate fallidas. En diciembre, las fuerzas israelíes mataron por error a tres rehenes que habían escapado y ondeaban una bandera blanca.
Hamás quiere el fin de la guerra
Hamás se ha negado a liberar a más rehenes hasta que Israel ponga fin a su ofensiva y se retire de Gaza. Busca un acuerdo más amplio que incluya una tregua a largo plazo y una reconstrucción.
El principal dirigente político del grupo, Ismail Haniyeh, dijo el martes que su prioridad es la “completa retirada” de las fuerzas israelíes de la Franja de Gaza. Comentó que cualquier acuerdo también debería conducir a una reconstrucción, el levantamiento del bloqueo egipcio-israelí sobre el territorio y la liberación de “todos nuestros heroicos prisioneros”.
Se cree que Hamás retiene a los rehenes en túneles de gran profundidad que están fuertemente resguardados, utilizándolos como escudos humanos para sus principales dirigentes y como moneda de cambio para la liberación de miles de presos palestinos. Entre ellos hay combatientes de alto nivel implicados en atentados en los que murieron civiles israelíes.
Si Hamás libera a los rehenes sin poner fin a la guerra, quedaría expuesto a un ataque israelí aún más grande una vez que expire el cese del fuego. El no asegurar un intercambio de prisioneros significativo podría representar fuertes críticas de los palestinos luego de la muerte y destrucción sin precedentes en el pequeño enclave costero.
Por otra parte, si Hamás consigue una tregua a largo plazo, la retirada de las fuerzas israelíes y la liberación de miles de prisioneros, sería visto como el vencedor de la guerra, al menos por sus partidarios.
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Los mediadores buscan un punto medio
Estados Unidos, que ha brindado ayuda militar crucial para la ofensiva, apoya en gran medida los objetivos de guerra de Israel. Quiere que todos los rehenes sean liberados y garantías de que Hamás no podrá volver a perpetrar un ataque como el del 7 de octubre.
Pero el gobierno del presidente Joe Biden también tiene un gran interés en poner fin a una guerra que ha generado inestabilidad regional y dividido a los votantes demócratas durante un año electoral.
Los países árabes, incluidos los principales mediadores Egipto y Qatar, han insistido en un cese del fuego desde los primeros días de la guerra, por temor a una mayor inestabilidad.
Estados Unidos y los mediadores árabes parecen buscar un punto medio en el que los rehenes sean liberados en fases a lo largo de un periodo de dos meses a cambio de prisioneros palestinos, que se permita la entrada de más ayuda humanitaria urgente a Gaza y un retiro parcial de las fuerzas israelíes.
Un respiro de dos meses podría comprar algo de tiempo para negociar un acuerdo más amplio para abordar el conflicto de décadas entre Israel y los palestinos.
Diplomáticos estadounidenses y árabes han hablado sobre un posible gran pacto en el que Arabia Saudí reconocería a Israel y se uniría a otros países árabes y a la Autoridad Palestina — reconocida por Occidente — para ayudar en la reconstrucción y gobierno de Gaza, a cambio de una vía creíble para la creación de un Estado palestino junto a Israel.
Pero Netanyahu, cuyo gobierno se opone a un Estado palestino, y Hamás, que se rehúsa a reconocer a Israel, también han descartado esa posibilidad.
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