Los líderes de Finanzas del G7 acordaron este jueves aportar US$ 18,400 millones para ayudar a Ucrania a pagar sus cuentas en los próximos meses y dijeron que estaban dispuestos a apoyar a Kiev ante la guerra con Rusia y hacer más si fuera necesario, mostró un borrador de comunicado.
Los ministros de Finanzas y los gobernadores de los bancos centrales de Estados Unidos, Japón, Canadá, Reino Unido, Alemania, Francia e Italia (el G7) sostuvieron conversaciones mientras Ucrania, que fue invadida por Rusia el 24 de febrero, lucha por defenderse del ataque y se va quedando sin efectivo.
“En el 2022, hemos movilizado US$ 18,400 millones de apoyo presupuestario, incluidos US$ 9,200 millones de compromisos recientes”, dice el borrador del comunicado visto por Reuters.
“Seguiremos apoyando a Ucrania durante esta guerra y más allá y estamos preparados para hacer más según sea necesario”, añadió.
En el borrador, el G7 acogió la propuesta de la Comisión Europea (CE) el miércoles de prestar 9,000 millones de euros a Ucrania y señaló que el Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo (BERD) y la Corporación Financiera Internacional (IFC, por sus siglas en inglés) planearon un respaldo por valor de US$ 3,400 millones. Pero no estaba claro si estos fondos eran parte de los US$ 18,400 millones ya anunciados.
Más temprano el jueves, el ministro de Finanzas alemán, Christian Lindner, dijo que Alemania otorgaría a Ucrania 1,000 millones de euros, en tanto que Japón se comprometió a duplicar su contribución a US$ 600 millones para ayudar al país a cubrir sus necesidades a corto plazo.
Ucrania estima que necesita unos US$ 5,000 millones al mes para mantener los salarios de los empleados públicos y la administración funcionando a pesar de la destrucción diaria provocada por Rusia.
La guerra ha cambiado las reglas del juego para las potencias occidentales, obligándolas a repensar relaciones de décadas con Rusia no solo en términos de seguridad, sino también en energía, alimentos y alianzas de suministro global, desde microchips hasta tierras raras.
En términos más generales, las autoridades monetarias del G7 se enfrentan al escollo de cómo contener la inflación y aumentar la presión de las sanciones sobre Rusia sin causar una recesión.
Cada vez más funcionarios han mencionado el término “estanflación”, la temida combinación de los años setenta de aumentos persistentes de precios junto con estancamiento del crecimiento económico.
“Los bancos centrales del G7 están observando de cerca el impacto de las presiones de los precios en las expectativas de inflación y continuarán calibrando adecuadamente el ritmo de endurecimiento de la política monetaria, asegurando que las expectativas de inflación permanezcan bien ancladas”, dice el borrador.
Reconstrucción a largo plazo
La Comisión Europea (CE) propuso el miércoles establecer un fondo de tamaño no especificado de subvenciones y préstamos para Ucrania, posiblemente acreditado conjuntamente por la UE, a fin de pagar la reconstrucción de la posguerra.
El G7 dijo que respaldaría la iniciativa, pero evitó cualquier detalle.
“Hacemos un llamado a todos los socios para que se unan en apoyo a la recuperación a largo plazo de Ucrania, a fin de garantizar que el respaldo financiero para la reconstrucción esté estrechamente coordinado, incluso con las autoridades ucranianas y las instituciones financieras internacionales”, dice el borrador.
Las estimaciones de los economistas sobre el costo de reconstruir Ucrania varían ampliamente entre 500,000 millones y 2 billones de euros (US$ 524,000 millones a US$ 2.09 billones), dependiendo de las suposiciones sobre la duración del conflicto y el alcance de la destrucción.
Con sumas de tal magnitud, la Unión Europea (UE) está considerando no solo un nuevo proyecto de préstamo conjunto, inspirado en el fondo de recuperación de la pandemia, sino también apoderarse de los activos rusos ahora congelados en la UE, como fuentes de financiación.
Algunos países como Alemania, sin embargo, dicen que la idea, aunque políticamente interesante, tendría fundamentos legales inestables y el borrador del comunicado del G7 no mencionó el tema.