Las fuerzas israelíes lanzaron el martes un asalto a la principal ciudad del sur de la Franja de Gaza, donde los hospitales se vieron inundados por decenas de heridos y muertos palestinos.
En lo que parecía ser la mayor ofensiva terrestre desde que se rompió la tregua la semana pasada, los residentes dijeron que los tanques israelíes habían entrado por primera vez en las zonas orientales de Jan Yunis, cruzando desde la valla fronteriza israelí y avanzando hacia el oeste.
Algunos tomaron posiciones en el interior de la localidad de Bani Suhaila, en la periferia oriental de Jan Yunis, mientras que otros siguieron avanzando y se detuvieron en los límites de una urbanización financiada por Qatar denominada Hamad City, según los residentes.
Los israelíes, que tomaron la mitad norte de Gaza el mes pasado antes de hacer una pausa durante la tregua de una semana, afirman que ahora están ampliando su campaña terrestre al resto del enclave para cumplir su objetivo de aniquilar al grupo militante Hamás.
“Ahora estamos avanzando con la segunda etapa. Una segunda etapa que va a ser difícil militarmente”, dijo el portavoz del Gobierno, Eylon Levy, a periodistas en una reunión informativa.
Israel está abierto a “comentarios constructivos” sobre como reducir el daño a los civiles, siempre y cuando los consejos sean coherente con su objetivo de destruir a Hamás, dijo.
En el hospital Nasser de Jan Yunis, los heridos llegaban en ambulancia, autos y un carro tirado por un burro, en lo que los supervivientes describieron como un ataque que golpeó una escuela que desplazados usaban como refugio.
En el interior de una sala, casi cada centímetro del suelo estaba ocupado por los heridos, los médicos corrían de paciente en paciente mientras los familiares lloraban.
Un médico cargó con el pequeño cuerpo inerte de un niño muerto y lo colocó en un rincón, con los brazos extendidos sobre las baldosas manchadas de sangre. En el suelo, a su lado, rodeados de vendas desechadas y guantes de goma, yacían un niño y una niña heridos, con las extremidades enredadas en los soportes que sujetaban las vías en sus brazos.
Dos niñas estaban siendo atendidas, todavía cubiertas de polvo por el derrumbe de la casa que había sepultado a su familia.
“Mis padres están bajo los escombros”, sollozaba una. “Quiero a mi mamá, quiero a mi mamá, quiero a mi familia”.
En el exterior, varios hombres transportaban cadáveres en sudarios blancos y ensangrentados para llevarlos a los funerales. Alrededor de una docena de cuerpos yacían en el suelo. Se llevaron cinco o seis en un carro de motocicleta.
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Aisha al-Raqb, una mujer de 70 años, dijo que su hijo Iyad estaba entre los muertos y extendió una mano manchada de sangre.
“Esta es su sangre. Esta es su preciosa sangre. Que Alá se apiade de su alma. Querido mío. Quiero oler su olor, oler su olor, oh Dios, oh Dios”, se lamentaba.
La portavoz del Ministerio de Sanidad de Gaza, Ashra al-Qidra, dijo que al menos 43 cadáveres habían llegado ya al hospital Nasser esa mañana, y se temía que decenas más estén atrapados bajo los escombros o en lugares inseguros para que las ambulancias puedan recuperarlos.
“Los hospitales del sur de la Franja de Gaza están totalmente colapsados, no pueden hacer frente a la cantidad y gravedad de heridos que llegan a los hospitales”, afirmó.
EE.UU. pide menos daños a civiles
Washington ha pedido a Israel, su estrecho aliado, que haga más para reducir los daños a los civiles en la próxima fase de la guerra de Gaza, que Israel lanzó en represalia por un ataque perpetrado el 7 de octubre por combatientes de Hamás que arrasaron ciudades, mataron a 1,200 personas y secuestraron a 240 rehenes, según el recuento de Israel.
El bombardeo sin precedentes de Israel sobre la Franja de Gaza ha expulsado desde entonces de sus hogares al 80% de sus 2.3 millones de habitantes, que en su mayoría se agolpan ahora en las zonas meridionales, ahora en la línea de fuego.
Según las autoridades sanitarias de Gaza consideradas fiables por las Naciones Unidas, se ha confirmado la muerte de más de 15,900 personas, y se teme que miles más estén desaparecidas y sepultadas bajo los escombros. El Ministerio de Salud de Gaza informó además de 250 trabajadores del sector sanitario muertos.
Israel afirma que la culpa de los daños causados a los civiles recae en los combatientes de Hamás que operan entre ellos, desde túneles subterráneos que sólo pueden destruirse con enormes bombas. Hamás lo niega.
Desde que se rompió la tregua, Israel ha estado publicando un mapa en Internet para indicar a los gazatíes qué partes del enclave deben evacuar. El lunes indicó el barrio oriental de Jan Yunis, donde viven cientos de miles de personas, muchas de las cuales huyeron a pie.
“Lo que los civiles deben hacer para mantenerse a salvo es escuchar las instrucciones que están saliendo de nuestras cuentas de Twitter, de nuestra página web, y también mirar los panfletos que se están lanzando en sus áreas”, dijo el martes a la prensa el portavoz militar israelí Richard Hecht.
Los habitantes de Gaza afirman que no les queda ningún lugar seguro al que ir, y que las ciudades y refugios que quedan ya están desbordados. Israel ha seguido bombardeando las zonas a las que dice a la gente que vaya, incluida la ciudad de Rafah, junto a la frontera egipcia al sur de Jan Yunis.
“La situación empeora con cada hora”, dijo a la prensa Richard Peeperkorn, representante de la OMS en Gaza, a través de una conexión de vídeo desde el sur de Gaza. “Se están intensificando los bombardeos por todas partes, incluso aquí en las zonas del sur, Jan Yunis e incluso en Rafah”.