El Fondo Monetario Internacional (FMI) pidió a China que aplique “un conjunto completo de reformas que favorezcan el mercado” para estimular una economía aletargada ante la crisis inmobiliaria, la débil demanda interna y el elevado desempleo juvenil.
Los responsables políticos chinos se resisten a impulsar la economía con medidas masivas de estímulo, insistiendo en la necesidad de optar por un crecimiento de “alta calidad”.
“La transición de un crecimiento de tasas altas a un crecimiento de alta calidad es el camino correcto” y China “está decidida a hacerlo”, declaró el domingo la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, en el Foro de Desarrollo de China celebrado en Pekín.
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No obstante, advirtió de que “esta transformación no será fácil”.
Según Georgieva, Pekín debe tomar “medidas enérgicas” para reducir la cantidad de viviendas inacabadas y dar más margen a las “correcciones basadas en el mercado”, en un sector inmobiliario fuertemente endeudado.
Las autoridades también deberían fortalecer el “poder adquisitivo” con medidas para perfeccionar el vasto sistema de seguridad social y promover “la igualdad de condiciones entre las empresas privadas y públicas”, tal y como reclaman desde hace tiempo los inversores extranjeros.
Los máximos dirigentes chinos se muestran optimistas. El primer ministro Li Qiang declaró el domingo en el foro que Pekín “tomará medidas prácticas y eficaces para promover un desarrollo de alta calidad”.
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El crecimiento chino lleva años ralentizándose y en marzo Pekín fijó un objetivo del 5%, muy por debajo de los que impulsaron el meteórico ascenso de su prosperidad.