La invasión rusa de Ucrania y los impactos persistentes de la pandemia ampliarán los saldos de cuenta corriente mundiales por tercer año en 2022, según el Fondo Monetario Internacional.
Las cuentas corrientes, la medida más amplia del comercio de bienes y servicios de un país, expresada como déficit o superávit, se habían estado reduciendo durante varios años hasta que el COVID-19 alteró los patrones de demanda y comercio.
El aumento continuó el año pasado a medida que la recuperación económica elevó los precios de productos básicos, una tendencia que se ve exacerbada este año por el impacto de la guerra en los costos de energía y alimentos.
Si bien el FMI señaló que la divergencia en las cuentas corrientes no es negativa, advirtió en un informe el jueves que “los desequilibrios globales excesivos pueden alimentar las tensiones comerciales y las medidas proteccionistas o aumentar el riesgo de movimientos disruptivos de divisas y flujos de capital”.
El aumento de los precios del petróleo, por ejemplo, hizo que Canadá pasara de un déficit a un superávit en el 2021, y se espera que impulse el saldo positivo en la cuenta corriente de Rusia al 11.9% del producto interno bruto este año, desde el 3.9% antes de la pandemia.
Publicado desde el 2012, el Informe del sector externo del FMI analiza la evolución mundial y evalúa las posiciones externas país por país, incluidas las cuentas corrientes, los tipos de cambio reales, los balances, los flujos de capital y las reservas internacionales. En los próximos años, se espera que los saldos en cuenta corriente retomen su tendencia a la baja previa a la pandemia, dijo el FMI.
El FMI agregó que los riesgos para su perspectiva siguen siendo altos. En particular, una guerra prolongada en Ucrania puede mantener aun más elevados los precios de productos básicos; un deterioro del entorno geopolítico exacerbaría las tensiones comerciales y las interrupciones del suministro; y una desaceleración prolongada en China repercutiría más allá de sus principales socios comerciales al afectar los mercados de productos básicos sensibles a la gran demanda de China, según el informe.