En Colombia, un país cruzado por un conflicto de más de seis décadas, el fantasma de un magnicidio suele recorrer las campañas políticas. (Foto: Mauricio Dueñas, EFE y Milton Díaz, EL TIEMPO)
En Colombia, un país cruzado por un conflicto de más de seis décadas, el fantasma de un magnicidio suele recorrer las campañas políticas. (Foto: Mauricio Dueñas, EFE y Milton Díaz, EL TIEMPO)

Desde la filtración de videos hasta la denuncia de un truculento complot, pasando por un cruce incesante de acusaciones: la contienda entre el izquierdista y el millonario se adentra en una descarnada lucha camino al balotaje presidencial en .

En la víspera, a diez días para las votaciones, Hernández elevó la tensión al anular sus actividades públicas ante el riesgo que, según él, corre su vida.

“Por mi seguridad, y para garantizar la posibilidad de una elección democrática este 19 de junio, he tomado la decisión de cancelar todas mis apariciones públicas de aquí a las elecciones”, tuiteó este jueves tras una rueda de prensa en Miami.

Hernández dijo tener la certeza de que su vida “está en riesgo” y describió un plan truculento para matarlo “a cuchillo” en un aeropuerto o un salón con público.

Empatado en la intención de voto con su rival, el candidato independiente agregó que también quieren destruirlo con “falsos testimonios”.

Hernández, quien ha esquivado los debates en la etapa final de la campaña, había afirmado poco antes, también en Twitter, que el equipo de Petro se comportaba “como una banda criminal”.

El millonario de 77 años se fue lanza en ristre tras la difusión de unos videos editados sobre reuniones de Petro con sus asesores. En los encuentros, en algunos de las cuales participa el jefe opositor, trazan estrategias para desprestigiar a adversarios políticos antes de la primera vuelta del 29 de mayo.

La revista Semana, que publicó las grabaciones la noche del miércoles, aseguró que las recibió de una fuente anónima.

Petro, vencedor en el primer turno y quien aspira a convertirse en el primer presidente de izquierda de Colombia, denunció que las grabaciones fueron realizadas “ilegalmente” y acusó de la filtración al gobierno de Iván Duque.

“Un Watergate que debe ser investigado por una comisión independiente”, escribió en Twitter el líder del Pacto Histórico, la coalición por la que compite por el poder, en alusión al famoso escándalo de espionaje político de los años setenta en Estados Unidos que le costó la presidencia al republicano Richard Nixon.

Campaña “de odio”

Entretanto, en su conferencia de prensa, Hernández dio detalles del presunto complot sin señalar a ningún responsable. “Esa matada no es a plomo, será a cuchillo”, dijo durante su visita al estado de Florida, donde vive una importante comunidad de colombianos.

La vicepresidenta Marta Lucía Ramírez lamentó que Hernández “pueda sentirse amenazado” y pidió a la fiscalía investigar las denuncias.

Al mismo tiempo criticó que la contienda para suceder a Duque esté caracterizada por “el odio, el desprestigio” y “el daño a la persona”.

De su lado, Petro invitó a Hernández a debatir con él tras su decisión de anular su agenda pública.

“El pueblo se merece los debates y usted tendrá la máxima seguridad”, comentó en Twitter.

En la antesala de la primera vuelta, Petro también denunció un plan para matarlo durante un mitin, tras lo cual su seguridad fue reforzada al punto de que debió subir a la tarima con chaleco antibalas y rodeado de escudos blindados.

En Colombia, un país cruzado por un conflicto de más de seis décadas, el fantasma de un magnicidio suele recorrer las campañas políticas. En el siglo XX fueron asesinados cinco candidatos presidenciales: dos liberales y tres izquierdistas.

A días de medirse en las urnas, Petro y Hernández libran un descarnado pulso para inclinar la balanza ante el empate técnico que señalan las encuestas.

El izquierdista se ha enfocado en atraer a los jóvenes abstencionistas y a las mujeres, mientras Hernández se ha concentrado en redes sociales, especialmente en TikTok, donde cuenta con casi 600,000 seguidores.

Ambos han alzado la bandera anticorrupción, pero mientras Petro insiste en desacreditar a Hernández por la imputación que le hizo la fiscalía por un contrato irregular cuando era alcalde de Bucaramanga (2016-2019), este acusa al izquierdista de rodearse de “politiqueros”.

“¿Este es el presidente que Colombia quiere? Colombia no merece ser gobernada por esta gavilla criminal”, tuiteó el millonario este jueves.

Los colombianos elegirán su próximo mandatario por cuatro años entre el cambio radical que propone Petro y la alternativa incierta de Hernández, un constructor sin partido ni ideología.