La OMS ya ha advertido que habrá que armarse de paciencia para encontrar respuestas. Mientras tanto, la esperanza está cifrada en las vacunas. Más de 135 millones de dosis fueron administradas en todo el mundo, según un recuento realizado por la AFP a partir de fuentes oficiales el martes a las 11H00 GMT. (Foto: HECTOR RETAMAL / AFP).
La OMS ya ha advertido que habrá que armarse de paciencia para encontrar respuestas. Mientras tanto, la esperanza está cifrada en las vacunas. Más de 135 millones de dosis fueron administradas en todo el mundo, según un recuento realizado por la AFP a partir de fuentes oficiales el martes a las 11H00 GMT. (Foto: HECTOR RETAMAL / AFP).

La misión de expertos de la Organización Mundial de la Salud () en China no encontró pruebas contundentes sobre el origen de la pandemia que ha dejado 2.3 millones de muertos en el mundo y, aunque consideró altamente improbable que el virus se fugara de un laboratorio de Wuhan, no logró identificar al animal que pudo transmitirlo al hombre.

Una transmisión del de un animal a otro y después al hombre es la hipótesis “más probable”, dijo Peter Ben Embarek, jefe de la delegación de la , en la ciudad de , cuna de la epidemia, en el centro de China.

Sin embargo, no se han identificado aún estas especies animales y para ello serán necesarias “investigaciones más específicas”, dijeron los expertos.

En cualquier caso, apuntó Embarek, “la hipótesis de un accidente en un laboratorio es extremadamente improbable para explicar la introducción del virus en el hombre”.

Wuhan es considerada el kilómetro cero de la pandemia por haber registrado los primeros casos de coronavirus a fines del 2019. Desde entonces, el coronavirus ha dejado 2.32 millones de muertos en el planeta y 106.4 millones de personas infectadas.

“No hay suficientes pruebas para determinar si el Sars-Cov-2 se propagó” en esa ciudad antes de esa fecha, aseveró Liang Wannian, jefe del grupo de científicos chinos que también forma parte de la misión.

La misión de la OMS es considerada sumamente importante para tratar de luchar contra epidemias futuras, pero tuvo dificultades para concretarse, ya que China estaba reticente a dejar entrar al país especialistas mundiales de diferentes disciplinas como la epidemiología pero también la zoología.

La OMS ya ha advertido que habrá que armarse de paciencia para encontrar respuestas. Mientras tanto, la esperanza está cifrada en las vacunas. Más de 135 millones de dosis fueron administradas en todo el mundo, según un recuento realizado por la AFP a partir de fuentes oficiales el martes a las 11H00 GMT.

“Demasiado pronto” para un rechazo

La misión de expertos concluye en China en medio de la polémica sobre la eficacia contra el COVID-19 de la vacuna de AstraZeneca para las personas más mayores y frente a la variante sudafricana del virus.

La vacuna AstraZeneca-Oxford, con la que Reino Unido empezó a inmunizar a su población en diciembre, ya fue aprobada por varios países y también por la Unión Europea. Pero algunos prefieren administrarla sólo a personas de menos de 65 años o incluso de 55, ante la falta de datos suficientes sobre su eficacia entre las personas más mayores.

Sudáfrica, por ejemplo, suspendió el inicio de su campaña de vacunación, tras un estudio que confirma una eficacia “limitada” de la vacuna de AstraZeneca contra su variante del virus.

Es “demasiado pronto para desechar esta vacuna”, que es “una parte importante de la respuesta mundial a la pandemia actual”, advirtió Richard Hatchett, que dirige el CEPI, la rama de investigación del mecanismo COVAX, establecido por la OMS para tratar de garantizar una distribución de las vacunas contra el COVID-19 entre los países con menos recursos.

Pero más allá de la polémica con AstraZeneca, muchos países están tratando de acelerar sus campañas de vacunación y la aprobación de nuevos fármacos.

Irán, el país de Oriente Medio más afectado por la pandemia de COVID-19, comenzó este martes a vacunar con el fármaco ruso Sputnik V. Y Argentina, que ya tiene la Sputnik V, aprobó este martes la utilización de la vacuna Covishield, del laboratorio indio Serum Institute.

“Crisis de salud mental”

En Estados Unidos, la variante del virus identificada inicialmente en Reino Unido se propaga rápidamente. Los casos se han duplicado en diez días y amenazan con provocar un nuevo pico epidémico, según un estudio.

El congresista estadounidense Ron Wright, de 67 años, falleció de COVID-19, convirtiéndose en el primer miembro del Congreso en sucumbir al virus, que ha matado en el país a 464,831 personas.

Además de las muertes, la pandemia está generando una “crisis de salud mental” para muchos, en particular los más jóvenes. La ansiedad, depresión, las autolesiones e incluso los suicidios han afectado a un número creciente de niños y jóvenes en Estados Unidos, alertan médicos, educadores, padres y el gobierno.

Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, gubernamental), de marzo a octubre, las visitas a hospitales por emergencias de salud mental de jóvenes de 12 a 17 años subieron 31% en relación con el 2019, y la de los niños de 5 a 11 años, 24%.

Ante el avance de los contagios, las restricciones se mantienen y, en algunos países, incluso se refuerzan, como en Holanda, cuyo gobierno anunció el lunes la prolongación hasta el 2 de marzo del toque de queda, una medida que causó las peores protestas en los últimos cuarenta años en el país.

Este martes, las autoridades del Reino Unido anunciaron que exigirán dos test de diagnóstico a los viajeros que lleguen al país, antes de poder salir de cuarentena.

En cambio, otros países, como Israel, han empezado a levantar el confinamiento. En Ontario, la provincia más poblada de Canadá, confinada desde el 26 de diciembre, abrirán parcialmente los comercios no esenciales a partir del miércoles.

“Hoy vemos rayos de sol. Las medidas (de restricción) funcionan. Quedarse en casa salva vidas”, dijo el lunes Doug Ford, primer ministro del Estado.