El Departamento de Seguridad Interior de Estados Unidos anunció el miércoles una nueva fuerza especial para proteger monumentos históricos, algunos de los cuales fueron vandalizados por glorificar el pasado racista del país.
Chad Wolf, secretario interino de Seguridad Nacional, dijo en un comunicado que estaba movilizando "equipos de despliegue rápido" en todo el país para proteger monumentos y estatuas durante el 4 de julio; Día de la Independencia.
Muchos monumentos han sido atacados, y algunos derribados, en el último mes, durante manifestaciones contra el abuso policial de afroamericanos en las que personas atacaron estatuas de figuras del sur pro-esclavista en la Guerra Civil de 1860 y otros símbolos del legado de esclavitud del país.
Pero las acciones contra monumento se han extendido a los venerados presidentes George Washington y Thomas Jefferson (1801-1809), ambos dueños de esclavos.
En algunos casos, los propios gobiernos locales bajo presión popular han decidido eliminar monumentos.
El presidente Donald Trump expresó su indignación cuando el 22 de junio los manifestantes intentaron derribar una estatua ante la Casa Blanca del presidente Andrew Jackson, otro propietario de esclavos que comandó la expulsión masiva de los nativos americanos de sus tierras de origen en la década de 1830.
Trump exigió a las fuerzas del orden público que arresten y que se lleve a juicio a cualquiera que dañe un monumento, reclamando una pena de cárcel por un máximo de 10 años.