El fabricante aeronáutico europeo Airbus, rival de Boeing, anunció el despido de 2.500 trabajadores para dar un giro a su división espacial y de defensa. Airbus dijo que llevaría a cabo otros cambios organizativos para hacer frente a los continuos retos del sector espacial y de defensa, como la interrupción de las cadenas de suministro, la rápida evolución de las tácticas bélicas y el aumento de los costos.
La empresa comenzó a reestructurar la división el año pasado, una decisión que, según dijo, ha empezado a “dar sus frutos”.
“Queremos darle forma a la división para que pueda ser un actor líder y competitivo en este mercado en constante evolución”, dijo Mike Schoellhorn, director general de la división espacial y de defensa de Airbus. “Esto nos exige ser más rápidos, más ágiles y más competitivos”.
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La división espacial y de defensa de la empresa pasó por una mala racha el año pasado, sobre todo por la pérdida de 477 millones de euros (US$ 511 millones) que experimentó su avión de transporte militar A400M, en parte debido a una inflación inusualmente alta.
El sector espacial europeo también se vio afectado por la pérdida de acceso a los lanzadores de cohetes rusos Soyuz y al fracaso de un nuevo cohete Vega-C poco después de despegar de la Guayana Francesa a finales de 2022.
Las otras divisiones del gigante aeroespacial han ido viento en popa. Airbus ha superado a Boeing durante cinco años consecutivos en pedidos y entregas de aviones y sus ganancias se han disparado.
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El mayor problema para Airbus ha sido mantener el ritmo de la demanda de aviones comerciales. En junio, el fabricante francés tenía una cartera de pedidos de 8,585 aviones comerciales.
Boeing, por su parte, no ha podido recuperarse después de varios reveses.
A principios de año, Boeing parecía finalmente recuperarse de dos accidentes de aviones Max en 2018 y 2019 que dejaron 346 muertes en Indonesia y Etiopía. Posteriormente, el 5 de enero, a un avión 737 Max 9 de Alaska Airlines le estalló un tapón de la puerta y desde entonces, la empresa, con sede en Virginia, Estados Unidos, no ha podido recuperarse.
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