El peso argentino caía a medida que los argentinos se apresuraban a cambiar pesos por dólares antes de las elecciones presidenciales de este mes, con lo que registraba sus peores pérdidas desde una liquidación en agosto.
El tipo de cambio paralelo del país, conocido localmente como contado con liquidación, ha llegado a caer un 12.6% esta semana en las bolsas paralelas a un récord de 900 pesos por dólar, lo que eleva la brecha entre los tipos de cambio oficial y paralelo a alrededor de 157%, el nivel más alto desde julio de 2022.
Se trata del retroceso más pronunciado en el contado con liqui desde que el Gobierno devaluó el tipo oficial que controla tras las elecciones primarias del 13 de agosto.
Actualmente, los argentinos acuden en masa a los mercados paralelos para dolarizar sus salarios y protegerse contra una inflación de 120% y otra fuerte devaluación de la moneda que, según los economistas, es inevitable en algún momento después de las elecciones del 22 de octubre.
El banco central ya no tiene reservas para defender la moneda, y los planes de gasto de la actual Administración izquierdista para ganar votantes solo ejercen más presión sobre la inflación y el tipo de cambio antes de las elecciones.
El agobiado peso argentino —por lejos el de peor desempeño en los mercados emergentes— también se ve arrastrado por una caída de los activos de riesgo global que ha afectado las monedas de los mercados emergentes y ha elevado los rendimientos de los bonos en todo el mundo.
La propuesta del candidato presidencial favorito, Javier Milei, de dolarizar la economía y cerrar el banco central también hace que los argentinos compren dólares lo más rápido posible, según la corredora local Portfolio Personal Inversores.
“Cada vez hay un mayor consenso en el mercado de que el complejo plan de dolarización del candidato que encabeza las encuestas podría estar exacerbando la típica dolarización preelectoral de carteras”, escribieron en una nota analistas de la corredora liderados por Pedro Siaba Serrate.