La deforestación en la jungla de la Amazonia brasileña aumentó por decimotercer mes consecutivo en mayo, mostraron datos gubernamentales, pese al despliegue de tropas por parte del presidente Jair Bolsonaro para combatir la creciente destrucción ambiental en la región.
La destrucción en la Amazonia brasileña se incrementó 12% en mayo, comparado con el mismo mes del año previo, según datos preliminares de satélite del Instituto Nacional de Investigación Espacial del Brasil (INPE).
Entre enero y mayo, la deforestación subió un 34% comparado con un año atrás, a 2,032 kilómetros cuadrados, un área más de dos veces el tamaño de la ciudad de Nueva York.
Bolsonaro, un excapitán del Ejército, envió a los militares a proteger la Amazonia en mayo, imitando lo que hizo en agosto en medio de un clamor internacional por los incendios forestales.
"Ahora en mayo, con ellos sobre el terreno, las alertas de deforestación siguieron siendo altas. Así que este no es un modelo efectivo para reducir la deforestación", indicó Cristiane Mazzetti, de Greenpeace Brasil.
En vez de operaciones militares esporádicas, Mazzetti dijo que el gobierno debería estar fortaleciendo planes permanentes a largo plazo para proteger la Amazonia usando agencias medioambientales como el Instituto Brasileño del Medio Ambiente y de los Recursos Naturales Renovables (Ibama), que Bolsonaro ha intentado debilitar de manera agresiva.
El miércoles, Bolsonaro extendió el despliegue militar durante 30 días más.
Bolsonaro ha presionado en favor de desarrollar la Amazonia, algo que según dice sacará a la gente de la pobreza, pero los activistas medioambientales culpan a sus políticas de envalentonar a leñadores ilegales, rancheros y especuladores de terrenos.