El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, “sigue mejorando” y podría ser dado de alta el lunes, dijeron este domingo sus médicos, luego de que fuera hospitalizado el viernes por COVID-19.
El equipo médico del mandatario precisó que sus niveles de oxígeno habían bajado dos veces brevemente en los últimos días y que está siendo tratado con esteroides, pero dieron una evaluación optimista de la salud y las perspectivas del presidente de 74 años.
“Desde que hablamos por última vez (el sábado), el presidente ha seguido mejorando. Como con cualquier enfermedad, hay frecuentes altibajos a lo largo de su curso”, dijo el médico de Trump, Sean Conley.
Detalles de tratamiento
Los médicos explicaron que, además de seguir este domingo con el tratamiento del antiviral Remdesivir, Trump ha comenzado a recibir el corticoesteroide dexametasona para evitar nuevos episodios de caída de oxígeno en sangre, que en ningún momento, según Conley, bajó de 90%.
El presidente recibirá este domingo una tercera dosis de Remdesivir dentro de un plan de cinco días y el viernes le fue suministrado un cóctel de anticuerpos de la farmacéutica Regeneron.
El médico especialista pulmonar Sean Dooley aseguró que están vigilando las funciones cardíacas, hepáticas y los riñones de Trump y la evaluación muestra “hallazgos normales o mejorados”.
Conley detalló la evolución de Trump desde que confirmaron su positivo por SARS-CoV-2 el jueves por la noche, después de que ayer generara confusión al sugerir que el diagnóstico por COVID-19 se hizo el miércoles, algo que luego la Casa Blanca aclaró.
El jueves por la noche y en las primeras horas del viernes el presidente se encontraba bien, solo con síntomas leves, pero cerca del mediodía del viernes el nivel de oxígeno en sangre cayó por debajo del 94% y la fiebre era alta, por lo que recomendaron suplemento de oxígeno, según Conley.
“Me preocupaba un progresión rápida de la enfermedad”, apuntó el médico del presidente, por lo que se tomó la decisión de hacer un seguimiento más a fondo en la planta presidencial del hospital militar Walter Reed, a las afueras de Washington.
El presidente no ha mostrado dificultades respiratorias desde el sábado y no ha tenido fiebre, por lo que los doctores reiteraron su optimismo sobre la evolución de Trump.
Conley también añadió que en los escáneres pulmonares que se le han practicado a Trump solo han visto “hallazgos esperados” y no hay “mayores preocupaciones clínicas” a ese respecto.