El tostado de los pimientos verdes con luz solar concentrada, en lugar del calentador a propano, produce chiles “sabrosos y aromáticos, y reduce las emisiones de dióxido de carbono”, según las conclusiones de un experimento en Nuevo México (EE.UU.).
La prueba la encabezó Kenneth Armijo, un ingeniero del Laboratorio Nacional Sandia que creció en una granja de pimientos en Sabinal, entre Albuquerque y Socorro, y que presentará el estudio la semana próxima en una conferencia sobre energía y sustentabilidad de la Sociedad Estadounidense de Ingenieros Mecánicos.
Nuevo México es el mayor productor de pimientos chile en Estados Unidos y, si bien la superficie de estos cultivos ha disminuido en décadas recientes, la producción se ha mantenido estable debido a los avances en las técnicas agrícolas.
Según el Departamento de Agricultura de Estados Unidos, en el 2019 Nuevo México produjo unas 63,000 toneladas de pimientos (chile) en cultivos que cubrieron 3,250 hectáreas, con un valor de más de US$ 50 millones.
La localidad de Hatch, en el condado Doña Ana, con poco más de 1,600 habitantes es conocida como la Capital Mundial del Pimiento, y en el Día del Trabajo (primer lunes de septiembre) celebra su fama con un festival de dos días.
Desde fines de agosto y en septiembre es la temporada de tostado del pimiento, un proceso que realza el sabor y facilita la remoción de la piel, que no es comestible.
Y en Nuevo México, el uso de tostadores a propano causa una emisión de temporada de unas 7,800 toneladas métricas de dióxido de carbono, el equivalente del uso de 1,700 automóviles durante un año.
“El principio que orientó esta investigación era ver si el tostado con altas temperaturas podía hacerse con radiación solar y si resultado sería comparable con el tostado tradicional”, explicó Armijo. “Usamos el pimiento verde como característico de la cultura de Nuevo México”, añadió.
Con la ayuda de varios ingenieros, técnicos y becarios en Sandia, Armijo llevó una zaranda, o criba rotatoria, al tope de la Instalación de Prueba Termal Solar de 60 metros de altura y protegió el mecanismo de rotación del intenso calor solar.
Con el uso de 38 a 42 de los 212 helióstatos de la torre -placas que reflejan y enfocan la luz solar - Armijo logró temperaturas de más de 482 grados centígrados uniformes en la criba rotatoria y comparables al tostador tradicional a propano.
Armijo presentó sus chiles tostados al sol a catadores de pimientos y encontró que, en promedio, los que probaron los pimientos favorecieron el chile tostado al sol en un 18% en lo que hace al sabor, un 12% por el aroma, y un 2% por la facilidad al pelar el pimiento.
Pero los conocedores del pimiento prefirieron, por un 4%, la textura del pimiento tostado por el método tradicional.
“En el futuro espero que aparezcan los tostadores de chile en las ferias de granjeros y en los festivales, con un tostador y espejos modulares. Basta con poner el pimiento en la criba, encararlo hacia el sur y dejar que se tueste”, añadió.