Por Noah Smith
¿Estados Unidos todavía tiene una ventaja tecnológica sobre China? Por ahora, la respuesta es “sí”. Las restricciones a la exportación de EE.UU. amenazaron brevemente con cerrar Huawei, posiblemente la principal tecnológica de China, hasta que EE.UU. cedió un poco. Ese episodio expuso fallas en el ecosistema tecnológico chino y demostró el valor de tener un grupo amplio y sólido de empresas especializadas en alta tecnología.
EE.UU. tiene el sistema de investigación líder, con las mejores universidades de investigación del mundo, una red de laboratorios nacionales de primer nivel, agencias gubernamentales como los Institutos Nacionales de la Salud y la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa, y empresas dominantes como Amazon, Intel y Alphabet que invierten mucho en I&D. El país continúa recibiendo la mayor parte de los premios nobel, y la mayoría de los grandes descubrimientos e inventos (CRISPR, aprendizaje profundo, biología sintética) se originan en EE.UU.
Entretanto, China ha estado haciendo todo lo posible para ponerse al día. Ha estado entrenando a un verdadero ejército de científicos e ingenieros, y hace mucho tiempo superó a EE.UU. en cantidad de personas que se gradúan cada año con títulos en ciencias, ingeniería, tecnología y matemáticas (CITM):
En lo relativo a la investigación, el país también ha superado a EE.UU. en términos del total de artículos publicados en ciencia e ingeniería:
El gobierno de China está gastando mucho en proyectos científicos, incluido el telescopio más grande y sensible del mundo y el colisionador de partículas más grande del mundo. Como informa mi colega de Bloomberg Opinion, Adam Minter, estos proyectos están atrayendo a un creciente número de científicos chinos de regreso a China, que traen consigo el conocimiento y las conexiones que adquirieron en EE.UU. El gobierno también está apuntando a tecnologías emergentes como inteligencia artificial, genética, robótica, y está avanzando un poco.
Pasará un tiempo antes de que China alcance a EE.UU. en la mayoría de estas áreas. Los graduados chinos de CTIM, en promedio, no están tan bien entrenados como sus homólogos estadounidenses menos numerosos. China puede publicar más artículos, pero los documentos más citados todavía tienden a provenir de EE.UU. Según un análisis, EE.UU. tiene 44% de los investigadores altamente citados del mundo en comparación con solo 10% de China.
Pero esto no significa que EE.UU. pueda respirar con calma, y vale la pena preguntarse qué significa el dominio tecnológico en este punto. Para la mayoría de los economistas, el término parece tonto: un remanente crudo de la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Fría, cuando los países se apresuraron a desarrollar sistemas militares como radares, misiles balísticos y armas nucleares. En un mundo pacífico de comercio e intercambio, no importa mucho si una tecnología se inventa en China o en EE.UU., siempre y cuando los consumidores puedan usarla.
Las empresas, por supuesto, compiten para superar a sus rivales. Si TikTok ofrece un mejor servicio de video en línea que YouTube, una empresa china tiende a obtener más ingresos y una empresa estadounidense menos. Eso puede extenderse a la economía local, como lo descubrió Finlandia cuando Apple superó a su campeón nacional, el fabricante de teléfonos móviles Nokia.
Pero elevar el nivel de vida material no es necesariamente un único objetivo del Gobierno o de un país. El dominio militar y geopolítico también es importante para muchos líderes. Es posible que EE.UU. esté muy por delante de China en términos de tecnologías que generan ganancias para las empresas y brindan entretenimiento a los ciudadanos (redes sociales, dispositivos de consumo, videojuegos), incluso a medida que China avanza en tecnologías que son útiles en aplicaciones militares, rastreo de personas e interrupción de naciones rivales.
Como ejemplo, hablemos de drones. Los aviones y barcos automatizados son probablemente el futuro de la guerra. China es generalmente reconocida como líder mundial en tecnología de drones comerciales, y su ejército también está haciendo grandes avances. O también podemos hablar de vigilancia. La inteligencia artificial aumenta enormemente la efectividad y el alcance de la vigilancia electrónica y de video, reduciendo la necesidad de que los humanos analicen montañas de datos para controlar a las personas. Debido a que tiene menos escrúpulos sobre el seguimiento de los movimientos y los rostros de las personas, China se ha convertido en el líder mundial en reconocimiento facial.
Abundan otros ejemplos. China ahora podría estar por delante de EE.UU. en misiles hipersónicos, armas antisatélite, guerra cibernética, detección de submarinos y varias otras tecnologías que serían cruciales en caso de guerra, o incluso una confrontación prolongada al estilo de la Guerra Fría.
Entretanto, en EE.UU., las tecnologías de guerra y el dominio nacional han pasado a un segundo plano frente a lo que genera dinero. El gasto total en I&D como porcentaje del producto interno bruto se ha mantenido más o menos constante, pero el gasto empresarial ha constituido una proporción cada vez mayor de ese gasto, mientras que el gasto del Gobierno, más de la mitad del cual es para investigación de defensa, ha disminuido.
Así, pese a que las empresas estadounidenses mejoran en entretenimiento para adolescentes con pantallas intermitentes y ganancias tipo monopolio, China podría estar ganando en el juego que está eligiendo jugar. Ese juego, el de la danza del dominio entre regímenes y Estados nacionales, es mucho más antiguo que Facebook o YouTube. EE.UU. haría bien en recordarlo.