Crecimiento que desafía los pronósticos de recesión, sólida generación de empleo, consumo fuerte: la economía estadounidense sigue sorprendiendo a pesar de las altas tasas de interés. ¿Cómo se explica esta aparente paradoja?
“El valor del talento”
Un bajo nivel de desempleo, aumento de salarios y de las contrataciones, sostienen el frenesí de consumo de las familias estadounidenses.
Durante la crisis del coronavirus, las empresas tenían incluso dificultades para contratar, formar y retener a sus talentos. Con ese trasfondo, muchas firmas lo piensan dos veces antes de despedir personal y prefieren reducir contrataciones, explica a la AFP Gregory Daco, economista jefe de EY.
LEA TAMBIÉN: Dólar se acerca a S/ 3.90 por inflación en EE.UU. ¿romperá esa barrera?
La consecuencia: “Una mayor resiliencia del mercado de trabajo”, destaca el especialista. También, empleadores que valoran más a su personal: “Una faceta única de este ciclo económico es que el valor del talento cambió”.
El sector privado ofrece menos empleo. Pero el sector público siguió con gran dinámica y el gobierno, la salud, y la educación “impulsan buena parte del crecimiento del empleo”, destaca Kathy Bostjancic, economista jefe de la aseguradora Nationwide.
Poder adquisitivo
Los salarios, de tanto subir, terminaron creciendo por encima de la inflación, que se modera poco a poco.
“Un descenso de la inflación y el aumento del poder adquisitivo alimentan fuertes gastos de consumo”, resumió Julia Pollak, economista jefe del sitio de anuncios de empleo ZipRecruiter, a la AFP.
El número de ofertas de empleo publicadas on line dismininuye regularmente desde el máximo de noviembre del 2021, pero sigue siendo históricamente alto, añade Pollak, quien destaca que las señales de debilitamiento del mercado laboral son visibles: cada oferta de trabajo disponible registró en enero 30% más de candidaturas que en enero del 2023.
LEA TAMBIÉN: La OTAN anuncia récord de gasto militar en el 2024 tras amenazas de Trump
Gasto público
Primero, el erario público devengó US$ 2.2 billones para enfrentar la crisis del covid en marzo de 2020; luego US$ 1.9 billones un año después. Tanto el expresidente Donald Trump como su sucesor Joe Biden usaron artillería pesada para sostener la economía ante una crisis sin precedentes.
Estos paquetes de ayuda ciertamente contribuyeron con las “presiones inflacionistas”, destacó Dan North, economista de Allianz Trade América del Norte.
Biden firmó acto seguido un plan de US$ 1.2 billones destinado a transporte e infraestructura en noviembre de 2021, y luego su plan de acción climática en agosto del 2022, por US$ 750,000 millones.
Resultado: cuando la Reserva Federal (Fed) trataba de enfriar la economía subiendo las tasas de interés -un movimiento que al encarecer el crédito desalienta el consumo y la inversión-, “la política fiscal hizo exactamente lo contrario”, señala North.
“Los subsidios oficiales a vehículos eléctricos, microchips e infraestructuras estimulan las inversiones de las empresas cuando las tasas de interés altas habrían, si eso no hubiese ocurrido, hecho bajar” el gasto en inversión, añadió Julia Pollak.
Alrededor de 30% del aumento del PIB el año pasado provino del gasto público, que representa 14% de la economía, detalló Gregory Daco.
LEA TAMBIÉN: Fiscal estatal de EE.UU. pide a Kamala Harris inhabilitar a Biden como presidente
Tasas bajas, tasas altas
Las tasas altas no dañaron la economía porque los tipos de interés venían de niveles muy bajos, cercanos a cero. En marzo del 2020, para enfrentar la crisis del covid, la Reserva Federal (Fed, banco central) bajó bruscamente el costo del dinero y solo comenzó a subir sus tasas dos años después.
Este contexto “permitió a las empresas emitir deuda a tasas de interés muy bajas”, señala North. “Las empresas, en su conjunto, pagan los intereses más bajos jamás registrados”, enfatiza.
Las familias también pudieron aprovechar tasas de interés excepcionalmente bajas para créditos hipotecarios antes de que comenzaran a subir de nuevo a sus actuales niveles, que son picos en más de 20 años.
Tiempo
Los economistas afirman que se necesita tiempo para que el impacto de los aumentos de tasas se refleje en la economía real.
El último aumento de los tipos de interés de referencia por parte de la Fed, tuvo lugar en julio. Y se necesitan unos 18 meses para que el efecto completo de un incremento se manifieste y enfríe la economía, señala North.
Para este año, mientras tanto, las perspectivas son positivas, con recortes de tasas en el horizonte ante una inflación que se modera.