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El Gobierno de Estados Unidos está invirtiendo US$ 481 millones en la startup Cue Health Inc. para expandir la producción de su prueba rápida de COVID-19, dijeron el martes el Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE.UU. y el Departamento de Defensa.
Como parte del acuerdo, Cue Health planea aumentar la producción, pasando de varios miles de pruebas diarias a cerca de 100,000 cada día para marzo. La gran mayoría de esa producción irá al Gobierno, que está adquiriendo aproximadamente 6 millones de pruebas de un solo uso y 30,000 instrumentos asociados.
La prueba de Cue Health obtuvo autorización de emergencia en junio. Detecta el material genético del virus con un cartucho de prueba del tamaño de un estuche de Airpod y un lector que permite obtener resultados in situ en unos 25 minutos, que se pueden leer con una aplicación de teléfono inteligente.
Genera respuestas rápidas que son tan confiables como las pruebas enviadas a un laboratorio, dijo Brett Giroir, subsecretario de Salud que lidera los esfuerzos de prueba de la Administración.
“Este es realmente un nicho importante que llenar”, dijo Giroir, quien señaló que la prueba de Cue Health se utilizó como parte de la estrategia de chequeo de la Asociación Nacional de Baloncesto (NBA, por sus siglas en inglés). “Si es lo suficientemente buena para LeBron, queremos democratizarlo y garantizar que esté disponible para el pueblo estadounidense”.
La medida tiene como objetivo hacer que las pruebas correctas lleguen a la persona adecuada en el momento indicado, en lugar de ampliar la cantidad de pruebas que puede producir EE.UU., dijo Giroir.
El anuncio del martes surge tras inversiones anteriores del Gobierno en la capacidad de producción de Becton Dickinson and Co y Quidel Corp, otros fabricantes de pruebas rápidas. También se han realizado inversiones para la producción de hisopos, que se utilizan para recolectar muestras de pacientes, ante la escasez generalizada al principio de la pandemia.
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“Las empresas necesitan dinero por adelantado, especialmente las pequeñas”, dijo Giroir. “Esto no es Abbott o BD”.
La prueba de COVID-19 de Cue Health surgió de una colaboración deL 2018 con la Autoridad de investigación y desarrollo biomédico avanzado en una prueba de influenza destinada a una posible pandemia de influenza. La compañía adaptó la plataforma a principios de este año para hacer frente a la actual crisis de salud pública.
Puede detectar marcadores genéticos del virus y es fácil de usar porque la compañía ha “hecho todo el trabajo de integración, por lo que es bastante sofisticado internamente, como lo es un iPhone”, dijo el director ejecutivo de Cue Health, Ayub Khattak. “Hemos tenido una oferta limitada y ha habido mucha demanda”.
El lugar exacto donde el Gobierno implemente las pruebas de Cue Health dependerá de dónde se produzcan los brotes, dijo Giroir. Se utilizarán en entornos donde la confirmación de los resultados inmediatos es particularmente valiosa.
Giroir puso como ejemplo los hogares geriátricos. La inversión estadounidense en Cue se produce justo tras preocupaciones planteadas de nuevo este mes sobre las pruebas de detección del antígeno de COVID-19, otro tipo de prueba rápida que produce falsos positivos.
La prueba de Cue Health podría utilizarse para confirmar un resultado positivo producido por una prueba de detección de antígenos, aunque “no todos los hogares geriátricos van a obtener esto”, dijo Giroir. Las normas sobre adquisiciones gubernamentales impidieron que funcionarios lo discutieran con socios, como grupos de hogares geriátricos, antes del anuncio, según Giroir.
“Esto no reemplaza las pruebas de antígenos. Esta es una capa adicional a las pruebas de antígenos”, dijo.