El Gobierno del presidente Joe Biden diseña una estrategia para la posible llegada de decenas de miles de inmigrantes más a la frontera entre Estados Unidos y México tras el fin de las restricciones por el COVID-19 el mes que viene, esforzándose por hallar posibles centros de retención, acelerar las deportaciones y aumentar el procesamiento de refugiados en el extranjero.
Se espera que el Gobierno anuncie un paquete de nuevas medidas esta misma semana que incluiría un aumento del número de latinoamericanos admitidos a través del programa de asentamiento de refugiados de Estados Unidos, dijeron a Reuters tres personas familiarizadas con el asunto.
Al mismo tiempo, las autoridades estadounidenses están ampliando la capacidad de acogida de inmigrantes en la frontera, al tiempo que están probando la aceleración de los controles de asilo. Dos funcionarios estadounidenses y una tercera persona familiarizada con el asunto informaron a Reuters que una de las opciones que se están barajando, aún no comunicada, es procesar a los inmigrantes en Fort Bliss, una base militar cerca de El Paso, Texas.
El portavoz de la Casa Blanca Abdullah Hasan negó que la base estuviera siendo considerada y el Pentágono dijo que no había recibido una solicitud para utilizarla para el procesamiento de migrantes.
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Es probable que otras medidas incluyan acuerdos o entendimientos con gobiernos regionales destinados a frenar la migración hacia el norte y aumentar la ayuda a los migrantes que ya han llegado a esos países, según la persona familiarizada con el asunto. No se conocieron de inmediato los detalles.
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) y el Departamento de Estado de Estados Unidos no respondieron inmediatamente a las solicitudes de comentarios.
Los planes de Biden pretenden hacer frente a un probable aumento de la inmigración no autorizada después de que el 11 de mayo finalicen las restricciones fronterizas por el COVID-19, que han estado en vigor desde 2020, salvo que ocurra una intervención legal o del Congreso de última hora.
La emergencia de salud pública más amplia por el COVID terminará en esa fecha, socavando la justificación de las restricciones, conocidas como Título 42.
Pocas admisiones de refugiados
Biden, un demócrata que anunció su campaña de reelección para 2024 esta semana, ha enfrentado un número récord de migrantes capturados mientras cruzan la frontera entre Estados Unidos y México y ha endurecido gradualmente su enfoque de la aplicación de la ley.
Los republicanos han culpado a Biden de abandonar las políticas de línea dura defendidas por el expresidente republicano Donald Trump, actualmente el principal candidato a la nominación presidencial del partido opositor.
La ampliación de la tramitación de refugiados en América Latina se produciría en un momento en el que el Gobierno de Biden aún tiene que restablecer las admisiones de refugiados después de que se redujeron drásticamente bajo el mandato de Trump.
Biden reservó 15,000 plazas para refugiados en América Latina y el Caribe en el año fiscal 2022, que terminó el 30 de setiembre de 2022, pero sólo admitió a unos 2,500.
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El Gobierno aceleró el ritmo durante los primeros seis meses del actual año fiscal, dejando entrar a 2,300 personas de la región, pero sigue lejos del tope de 15,000 personas.
El último plan fronterizo del Gobierno de Biden se centra en una norma que se aprobará en breve y que impedirá a la mayoría de los inmigrantes que crucen la frontera ilegalmente solicitar asilo si pasan por otro país sin pedir refugio o no utilizan las vías legales de entrada a Estados Unidos.
Para que la norma funcione como elemento disuasorio eficaz, las autoridades estadounidenses deberían detener a las personas que crucen la frontera y procesarlas rápidamente para su deportación.
Troy Miller, comisario en funciones de la Oficina de Aduanas y Protección de Fronteras (CBP), dijo a los legisladores la semana pasada que se está preparando para la posibilidad de que hasta 10,000 inmigrantes al día intenten entrar ilegalmente en Estados Unidos, casi el doble de la media diaria de marzo.
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Miller señaló que se calcula que actualmente hay 660,000 migrantes en México, citando cifras de las Naciones Unidas.
La CBP tiene capacidad para detener a 6,000 migrantes en la frontera entre Estados Unidos y México y planea añadir espacio para 2,500 más, dijo Miller, añadiendo que la agencia ha aumentado su capacidad para transportar rápidamente a los migrantes lejos de la frontera.
Cuando los cruces alcanzaron máximos históricos en 2022, las autoridades estadounidenses liberaron a miles de migrantes en las ciudades fronterizas de Texas y Arizona, lo que desató las críticas de los gobernadores republicanos que trasladaron a los migrantes en autobús a ciudades demócratas situadas más al norte.
Fort Bliss, la base militar de Texas, da cobijo actualmente a unos 80 niños migrantes no acompañados después de haber alojado a miles durante un fuerte aumento de los cruces en 2021, lo que dio lugar a informes de hacinamiento, condiciones insalubres, comida en mal estado y problemas de depresión.
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