El confinamiento y la distancia social adoptados para contener la propagación del COVID-19 no han aumentado el sentimiento de soledad entre los estadounidenses, quizás debido al hecho de que la pandemia afecta a todo el mundo, según un estudio de la Asociación de Psicología (APA) de Estados Unidos.
La ausencia de cambios en los niveles del sentimiento de soledad sorprendió a los investigadores, que temían que las medidas restrictivas para reducir los contagios afectaran a quienes sufren habitualmente por la falta de compañía, señala Martina Luchetti, profesora adjunta de la Facultad de Medicina de la Universidad estatal de Florida.
"La pandemia es algo por lo que todo el mundo está pasando y simplemente saber que no estás solo en esto y que todo el mundo está sufriendo las mismas restricciones y dificultades puede ser suficiente a largo plazo para mantener baja la sensación de soledad", afirma la autora principal del estudio, publicado este lunes en la revista American Psychologist.
Antes de la pandemia, el sentimiento de soledad era algo extendido y considerado un asunto de salud pública en el país y algunas investigaciones habían indicado que podía producir un riesgo mayor de problemas de salud física e incluso una muerte prematura.
De acuerdo con cifras oficiales, 36.48 millones de hogares de este país son unipersonales.
Entre finales de enero y comienzos de febrero, antes de la llegada de la pandemia al país, Luchetti y sus colegas habían encuestado a una muestra representativa de adultos estadounidenses como parte de un estudio sobre soledad, personalidad y salud.
Cuando en marzo pasado las autoridades recomendaron a la población en general mantener una distancia de seguridad y a los enfermos crónicos y personas mayores ponerse en cuarentena, consideraron que sería interesante volver a sondear al mismo grupo y así lo hicieron.
A fines de abril cuando casi todo el país estaba bajo órdenes de quedarse en casa, volvieron a sondear a la muestra de 1,545 personas de edades entre 18 y 98 años, de los cuales 55% eran hombres y 45% mujeres.
"Sorprendentemente no hubo cambios de importancia en los niveles del sentimiento de soledad comparando los tres sondeos", dice el estudio.
Los integrantes de grupos de riesgo, entre ellos gente que vive sola y enfermos crónicos, dijeron sentirse más solos que los demás en el primer sondeo, pero los niveles no cambiaron en el segundo y el tercero, realizados cuando la pandemia ya era una realidad ineludible en sus vidas.
El sentimiento de soledad en los adultos mayores aumentó ligeramente en marzo pero volvió al nivel habitual en abril.
La terapia del videochat
En promedio, los participantes dijeron sentir más apoyo social y emocional durante la pandemia, lo que "sugiere que para mucha gente hablar con la familia y amigos por teléfono, videochats u otras maneras de comunicarse en remoto puede haber sido un importante amortiguador de la soledad", dijo Luchetti.
"Los individuos, las familias y las comunidades pueden todavía unirse y sentirse emocionalmente cercanos a pesar de la distancia física", agregó.
Luchetti dijo que aunque a nivel general no hubo cambios de calado como consecuencia de la distancia física, sí puede haberlos habido a nivel individual.
Algunas personas pueden haberse sentido más solas y otras menos durante la pandemia y ahora es necesario realizar nuevos estudios para identificar los factores que ponen a un individuo en riesgo de sufrir la soledad, señala el estudio titulado “La trayectoria de la soledad en respuesta al COVID-19”.