Los chicos del décimo grado en la clase de educación cívica de Aedrin Albright, en una escuela rural de Carolina del Norte, habían hecho sus tareas y ahora había que decidir: ¿Corresponde hacerle un juicio político a Donald Trump?
Los jóvenes corrieron sus sillas, los que se oponían a la destitución de Trump de un lado, los que estaban a favor del otro. Los indecisos en el medio.
“Su misión es convencer a sus compañeros de que se pasen a su lado”, les dijo Albright a los adolescentes de la Chatham Central High School.
La investigación que lleva acabo la Cámara de Representantes sobre los manejos de Trump con Ucrania ha pasado a ser una herramienta educativa en las aulas de todo el país, donde los profesores incorporan el proceso a sus programas de estudio.
Aprovechan el debate en el Congreso para enseñar a los jóvenes acerca de la Constitución y de los poderes de la presidencia. Les hablan de otros juicios políticos de la historia y realizan votaciones simuladas que reproducen las divisiones en la política estadounidense.
En una clase de Albright de octubre, los estudiantes leyeron artículos y dibujaron pósters explicando el proceso, sin mezclar la política. Eso cambió en otra clase en la que los jóvenes tomaron partido.
Igual que muchos legisladores que decidirán la suerte del presidente, la mayoría de los estudiantes de la clase de Albright ya habían fijado una posición y no la cambiaron.
En esa clase específica, 15 estuvieron en contra del juicio, tres a favor y hubo diez indecisos.
“Los demócratas han estado acosando a Trump y tratando de encontrarle algo desde que asumió”, dijo el estudiante Bryce Hammer. “Están buscando un motivo para llevarlo a juicio”.
Makizah Cotton, que estaba a favor del impeachment, dijo que el Congreso tiene que vigilar a Trump. “No digo que sea un monarca ni nada de eso”, señaló la muchacha. “Pero (los padres de la patria) sabían que algún día podía aparecer un monarca. Y no lo querían. No creo que debamos dejar que suceda. Con ningún presidente”.
Emma Preston estaba indecisa. “¿Cuántos meses faltan para las próximas elecciones? No tantos”, señaló. “Si vamos a estar discutiendo esto hasta las elecciones, es una pérdida de tiempo. No debería haber un juicio político cuando hay una reelección”.
Albright dijo que en sus clases habla de los juicios políticos desde que empezó a enseñar educación cívica hace 18 años.
Si una escuela no incluye el juicio político en su programa de estudios, el Choices Program de la Universidad de Brown y la Penn Graduate School of Education son algunas de las instituciones que ofrecen lecciones online.
Enseñar acerca del impeachment cuando el Congreso investiga acusaciones contra un presidente en ejercicio es una oportunidad única para profesores y estudiantes, de acuerdo con Sigal Ben-Porath, profesora de educación de Penn.
“Encuentre el momento para hacerlo, por más que no esté en su programa de estudios”, recomendó Ben-Porath.
Enséñele a los estudiantes las cosas básicas y después “hágalos discutir el tema”, expresó. “La mejor forma de aprender estas cosas es involucrándose. Tienen que hablar, expresar sus puntos de vista, defenderlos”.
Es importante comprender qué sucede y por qué.
Un día de septiembre en el que la cámara baja dijo que comenzaría una investigación formal con miras a un posible juicio político, el profesor Mark Westphal, de la Capitol Hill Gifted and Talented School de St. Paul, Minnesota, decidió hablar durante tres días sobre el tema en la clase de séptimo grado.
Les pidió a sus estudiantes que distinguiesen entre lo que creen y lo que no. La escuela se encuentra en una región “extremadamente liberal”, indicó, y la mayoría de los estudiantes apoyaron el juicio a Trump y su destitución. “Decían que hizo muchas cosas ilegales, pero cuando se le preguntó qué cosas, se frenaron un poco”, dijo Westpfhal, quien a menudo incorpora las noticias del día a sus clases. “Hablamos de cómo las emociones y nuestras ideas políticas pueden incidir en nuestros puntos de vista”.
Quienes no quieren mezclar la política pueden “enfocarse en la historia”, dice Emma Humphries, directora de la unidad educativa de iCivics, una organización sin fines de lucro que produce juegos educativos online y planes para enseñar educación cívica. ”Es vital que los estudiantes comprendan lo que es un impeachment”, manifestó.
¿Qué pasa si un estudiante le pregunta cuáles son sus ideas políticas a un profesor? ¿Deben hablar de ellas?
“Es una decisión pedagógica, que no está bien ni está mal”, dijo Paula McAvoy, coautora de "The Political Classroom" (El aula política) y profesora adjunta de estudios sociales de la Universidad Estatal de Carolina del Norte. “A veces compartir tus puntos de vista ayuda a los estudiantes, otras acaba con el debate”.
Albright prefiere no compartir sus ideas personales, aunque algunos estudiantes despiertos averiguaron que está registrada como republicana. Westpfhal tampoco habla de sus puntos de vista, pero sus estudiantes lo investigaron y saben que tiene conexiones con políticos tanto demócratas como republicanos y con líderes municipales.
“Mi trabajo no es influirlos políticamente”, dice Albright. “Mi trabajo es mostrarles las dos caras de la moneda, o las tres, o las cuatro. No me corresponde a mí decir ‘debe ser enjuiciado’”.
Cuando los estudiantes le preguntan lo que piensa, ellas les pregunta qué piensan ellos.