Jamie Dimon y su gran banco están al son de Martha and the Vandellas. “Están bailando en las calles”, dijo Dimon sobre algunos rivales en una llamada realizada el viernes con analistas sobre las ganancias del segundo trimestre de JPMorgan Chase & Co.
El contexto era una pregunta de Mike Mayo de Wells Fargo & Co.: si JPMorgan y otros bancos enfrentan regulaciones más estrictas, ¿cómo repensaría su modelo de negocios?
Mayo señaló que las acciones de Apollo Global Management Inc., un banco rival, pero que técnicamente no es un banco, habían alcanzado un máximo histórico luego que Michael Barr, el principal regulador bancario de la Reserva Federal, sugiriera que los grandes bancos se enfrentan a mayores requisitos de capital.
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“Esta es una gran noticia para los fondos de cobertura, el capital privado, el crédito privado, Apollo, Blackstone”, dijo Dimon.
El tema no es nuevo para el multimillonario, quien escribió en su carta más reciente a los accionistas que el “debate no siempre debe ser sobre más o menos regulación, sino sobre qué combinación de regulaciones mantendrá al sistema bancario de Estados Unidos como el mejor del mundo”, incluidos los “requisitos potenciales para los bancos en la sombra”.
Los ejecutivos de JPMorgan tienen sus propias razones para bailar: los ingresos del banco se dispararon a un récord en el segundo trimestre, gracias a su acuerdo con First Republic y las alzas de tasas de la Fed.
A principios de este año, más de una docena de reguladores, banqueros, administradores de activos y exfuncionarios dijeron que la “deuda en la sombra” y sus vínculos con los prestamistas se estaban convirtiendo en un motivo importante de preocupación.
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