El cofundador de Facebook, Mark Zuckerberg, apeló hoy al patriotismo al asegurar que Libra, su controvertido proyecto de criptomoneda, servirá para ampliar el “liderazgo financiero” de Estados Unidos, a la vez que reconoció los “problemas” de credibilidad de su empresa en los últimos años.
“Creo que esto es algo que hay que hacer, pero entiendo que no somos el mensajero ideal ahora mismo. Hemos encarado un montón de problemas en los últimos años, y estoy seguro que la gente desearía que fuese otro en vez de Facebook quien proponga esta idea”, afirmó Zuckerberg ante los legisladores del Comité de Servicios Financieros de la Cámara de Representantes.
Zuckerberg se refería así a los recientes escándalos asociados a la compañía por su mala gestión de la privacidad de sus usuarios y el uso por parte de actores extranjeros, como Rusia, de la plataforma para tratar de interferir en las elecciones en Estados Unidos.
Precisamente, esta semana Facebook presentó una serie de cambios para intentar evitar campañas de desinformación e “identificar mejor nuevas amenazas, cerrar vulnerabilidades y reducir la propagación de información errónea viral y cuentas falsas”.
El empresario de 35 años remarcó que el objetivo de Facebook con libra es “poner el poder en las manos de la gente”.
"La gente paga un coste demasiado alto -y tiene que esperar demasiado tiempo- para enviar dinero a sus familias en el extranjero. El sistema actual les está fallando", aseguró.
No obstante, el potencial gigantesco de esta criptomoneda, al contar de entrada con la base de la red social (2.380 millones de usuarios en el mundo), ha generado inquietud entre los reguladores tanto a nivel nacional como internacional.
Zuckerberg, que compareció con traje y corbata, fue recibido con dureza por parte de los legisladores estadounidenses.
“Durante un largo periodo de tiempo el lema de Facebook fue ‘muévete rápido, rompe cosas’. No queremos romper el Sistema Monetario Internacional”, afirmó Nydia Velázquez, congresista por Nueva York
Antes de eso, el consejero delegado del gigante tecnológico optó por la prudencia y señaló que si no cuenta con el respaldo de Estados Unidos se "retiraría" de la iniciativa.
Asimismo, apeló al patriotismo al asegurar que, a su juicio, libra servirá como herramienta para ampliar "el liderazgo financiero" y "los valores democráticos" de Estados Unidos.
En concreto, aprovechó la ocasión para lanzar sus dardos contra China, el gran adversario económico y geopolítico actual de Washington.
"Mientras debatimos estos temas, el resto del mundo no está a la espera. China se está moviendo con rapidez para lanzar ideas similares en los próximos meses", subrayó.
Facebook y las otras 27 organizaciones que conforman la Asociación Libra (entre ellas Visa, Mastercard, Uber, Lyft, eBay, Vodafone y Spotify) anunciaron en junio de forma oficial la creación de la criptomoneda para el 2020, que estará integrada en WhatsApp y Messenger.
La intensa lupa de los reguladores y las sospechas de la opinión pública sobre libra han provocado ya una baja en los socios del proyecto.
La multinacional estadounidense de pagos por internet PayPal anunció a comienzos de mes que abandonaba sus planes de formar parte de la iniciativa, y en las últimas semanas han aparecido informaciones periodísticas de que otros socios podrían estar reconsiderando su participación.
También cargó contra la compañía el senador y aspirante a la candidatura a la presidencia demócrata, Bernie Sanders, quien remarcó que "Zuckerberg y otros multimillonarios han usado su poder para controlar gran parte de la vida política y económica de Estados Unidos" y se comprometió a reducir el poder de Facebook y otros monopolios" en un comunicado.
La pasada semana, tras una cumbre ministerial en Washington, el G20, el grupo de las principales economías mundiales expresó sus recelos acerca de estas monedas digitales y aseguró "que los riesgos como el lavado de dinero, la financiación ilícita, la protección de inversores y consumidores, deben ser evaluadas antes de que estas opciones puedan comenzar a operar".
Libra no dependerá directamente de la empresa de Mark Zuckerberg, sino que será gestionada por la asociación, cuya sede estará en Ginebra (Suiza), y su valor estará respaldado por una cesta de activos subyacentes compuesta por depósitos bancarios y deuda soberana de varios países.