Cientos de estudiantes en decenas de universidades en Estados Unidos siguen desafiando este lunes al Gobierno de Joe Biden y a las autoridades de los centros educativos en protestas por la guerra en Gaza.
Las manifestaciones tienen en común el rechazo a la política estadounidense hacia Israel y la petición de que los centros educativos rompan relaciones con el Gobierno y el sector privado israelí.
Este lunes, los manifestantes en la Universidad de Columbia, en Nueva York y la Universidad de Texas (UT) en Austin se negaron a acatar órdenes de desalojo emitidas por el liderazgo de las instituciones.
Decenas de efectivos antidisturbios de la policía estatal de Texas entraron el lunes al campus de la UT y disolvieron por la fuerza el campamento.
En vídeos compartidos en redes sociales por estudiantes y medios locales, se puede ver cómo los agentes se llevaron cargados a varios estudiantes, arrastrando incluso a algunos por el césped. Los agentes también retiraron carpas y mesas que los manifestantes habían instalado en una de las áreas verdes de la universidad.
Según medios locales, al menos 50 estudiantes fueron arrestados tras la intervención policial.
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Esta es la segunda vez que las fuerzas del orden se enfrentan con los estudiantes de la UT desde el pasado miércoles, cuando agentes dispersaron el campamento y arrestaron a 57 personas. Entre los detenidos estuvo un fotoperiodista de la cadena Fox, Carlos Sánchez, quien enfrenta cargos federales por “atacar” a un policía, según informaron medios locales.
En la prestigiosa Universidad de Columbia en Nueva York, los manifestantes universitarios también se negaron a desmantelar el campamento que hace dos semanas mantienen dentro del campus, pese al ultimátum del centro educativo de que perderán el semestre de estudios.
Una de las portavoces de la manifestación encargada de las negociaciones con la universidad dijo a en una rueda de prensa desde el campus que, pese a que las negociaciones iban en buen camino, “la administración las interrumpió bajo amenaza de suspensiones”.
Este lunes la universidad envió un documento a los estudiantes dándoles un plazo, hasta las 14:00 hora local (18:00 GMT), para abandonar el campamento so pena de ser suspendidos y no poder terminar el curso académico.
Según los estudiantes, estas amenazas significan que los alumnos que decidan quedarse “serían suspendidos provisionalmente, perderían el acceso a su vivienda, perderían el acceso al campus, perderían el acceso a la atención médica en el campus” e incluso a sus visados, si son extranjeros.
La policía, por el momento, permanece fuera del campus, pero en los últimos días detuvo a un centenar de personas. Los universitarios, que habían estado negociando con la administración por cinco días, tenían varios reclamos, el principal, que fue negado el lunes, que la Universidad de Columbia deje de invertir en empresas con intereses en Israel, al menos mientras dure la guerra.
Sin embargo, la presidenta de la institución, la egipcia Minouche Shafik, afirmó que eso no ocurrirá.
La Casa Blanca, por su parte, señaló que aunque el presidente Joe Biden apoya el derecho a la “protesta pacífica” también está en contra de “cualquier retórica violenta, amenazas de odio (...) y antisemitismo”.
“Es importante decir que no hay sitio para el antisemitismo en los campus ni en ningún otro lugar de EE.UU.”, subrayó la portavoz del Gobierno Biden, Karine Jean-Pierre en una rueda de prensa en Washington.
La vocera acotó además que el Gobierno considera que las “universidades son responsables de tomar sus propias decisiones” y rechazó hacer comentarios sobre la decisión de las instituciones de desalojar a la fuerza a los manifestantes.
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