La alta inflación creó oportunidades lucrativas para los bancos más grandes de Wall Street el año pasado, un contraste marcado con los millones de hogares que lidian con el aumento en las facturas de alimentos y energía.
Goldman Sachs Group Inc. y JPMorgan Chase & Co. facturaron alrededor de US$ 3,900 millones el año pasado a partir de operaciones de inflación, un segmento antes oscuro y que abarca bonos y derivados vinculados a los precios al consumidor, según datos de Vali Analytics Ltd. en Londres. El valor casi duplica lo que facturaron las empresas en el 2021 y contrasta con cerca de US$ 700 millones antes de la pandemia de COVID-19, según muestran los datos.
Goldman Sachs facturó al menos US$ 800 millones en operaciones ligadas a la inflación el año pasado, más que cualquiera de sus rivales, según personas familiarizadas con el asunto. La cifra supera de lejos los US$ 450 millones que el banco generó en el 2021, según las personas, que pidieron no ser identificadas.
El aumento de este tipo de operaciones, un negocio de nicho durante mucho tiempo en Wall Street, ha ayudado a los bancos a compensar una caída en la negociación. Los cinco bancos de inversión más grandes de Estados Unidos, Goldman, JPMorgan, Citigroup Inc., Bank of America Corp. y Morgan Stanley, impulsaron los ingresos por negociación de renta fija en un 28% a US$ 13,300 millones en el cuarto trimestre del 2022, mientras que las comisiones por asesoría sobre fusiones y adquisiciones y gestión de ventas de acciones y bonos cayeron un 53% a US$ 6,300 millones.
Representantes de Goldman, JPMorgan, Citigroup, Bank of America y Morgan Stanley declinaron comentar sobre sus ganancias por operaciones ligadas a la inflación.