Donald Trump comenzó a reconocer abiertamente sus pocas posibilidades de reelección, pero ha ignorado intentos de su propia campaña de dirigir sus mensajes a mujeres y adultos mayores que, según encuestas, muestran preferencia por el demócrata Joe Biden.
Encuestas recientes revelan que Biden tiene una ventaja creciente a nivel nacional y en estados clave, una ventaja impulsada en gran medida por un menor apoyo a Trump entre mujeres y personas de 65 años o más. La campaña de Trump ha comenzado a publicar más anuncios dirigidos a adultos mayores y espera que parte de la pérdida pueda compensarse con adherencias entre votantes latinos y negros.
Pero los esfuerzos de la campaña por revertir las tendencias enfrentan un obstáculo: el propio Trump. El presidente socavó el alcance a los adultos mayores al minimizar continuamente el brote de coronavirus y burlarse de la edad de Biden.
Trump también pone a prueba el apoyo que todavía tiene entre las electoras al atacar a Kamala Harris, compañera de fórmula de Biden, y burlarse de Hillary Clinton por no lograr romper el “techo de cristal” de la Casa Blanca. En un encuentro televisado el jueves, Trump no condenó el movimiento de extrema derecha QAnon.
Entretanto, la posibilidad de perder la reelección ha comenzado a filtrarse en los discursos de Trump, incluso cuando insiste en que las encuestas están equivocadas. “Me estoy postulando contra el peor candidato de la historia de la política presidencial, y si pierdo, será más presión”, dijo Trump en un mitin el jueves en Carolina del Norte. “¿Cómo se pierde contra un personaje como este?”.
Repitió una versión de ese comentario en la mayoría de sus eventos esta semana, al tiempo que señaló que las encuestas podrían no capturar la realidad de la carrera presidencial: los miles de seguidores que asisten a sus mítines; el éxito republicano en el registro de votantes en algunos estados competitivos; desfiles de barcos en su honor.
‘Mensaje coherente’
“El presidente no ha podido mantener un mensaje coherente sobre temas que son críticos para el electorado, ya sea el manejo de la pandemia o la economía”, dijo Ken Spain, estratega republicano veterano. “Está acostumbrado a apelar directamente a grupos demográficos importantes en lugar de establecer una agenda”.
Los aliados de Trump han comenzado a expresar públicamente sus preocupaciones. John Cornyn, senador de Texas, dijo en una entrevista de Fox News esta semana que está “muy preocupado” por la posición de Trump en las encuestas, por lo que es aún más urgente que los republicanos se aferren al Senado “como un cortafuegos”. Lindsey Graham, senador de Carolina del Sur, dijo el jueves que cree que Biden tiene “buenas posibilidades” de vencer a Trump.
El propio Trump ha sido más circunspecto.
Según él, las encuestas indican que la votación está apretada, “pero no creo en las encuestas”, dijo Trump en el pódcast “What the Hell Is Going On”, de American Enterprise Institute, en un episodio publicado el miércoles.
La campaña de Biden también ha pedido cautela, en aras de evitar complacencia entre los votantes demócratas. Jen O’Malley Dillon, su directora de campaña, dijo en Twitter esta semana que “creemos que esta carrera está mucho más apretada de lo que piensan las personas en este sitio web”.